Los peores presagios de los alergólogos para esta temporada se están cumpliendo. La presencia de polen en el aire de la región está alcanzando estos días los niveles más altos de la primavera, con "alta concentración" en el conjunto del territorio madrileño, según la Red Palinológica de la Consejería de Sanidad de Madrid. La intensidad de las alergias es incluso mayor en zonas del sur de la región, con picos de "concentración muy alta" en municipios como Getafe y Aranjuez (donde se superan ampliamente los 160 granos de polen por metro cúbico de aire). También las estaciones medidoras del centro de la capital han llegado a registrar niveles superiores al umbral de afección, incluso con más de 400 granos por metro cúbico.

Este pico de incidencia de las alergias está causando una saturación de consultas médicas, según advierten los especialistas sanitarios. "En muchas zonas los niveles de polen de gramíneas están superando en más de diez veces la cantidad que comienza a producir síntomas (a partir de 35 granos). Con estas concentraciones tan altas se están incrementando notablemente los pacientes en consultas, que están saturadas y las agendas completas: ahora vemos al doble de pacientes que hace un año por estas fechas. Igual que hablamos de epidemias de gripe en invierno, deberíamos hablar de epidemias de alergia en mayo", asegura Francisco Feo, presidente de la Sociedad de Alergología.

"El aumento de pacientes se está notando principalmente en los centros de salud y menos en Urgencias. A no ser que sea una crisis grave, se suele acudir antes a atención primaria", añaden fuentes sanitarias. Los expertos calculan que en la región hay unas 650.000 personas sensibles al polen que pueden desarrollar episodios alérgicos (aproximadamente un 10% de la población).

El causante de esta situación es el polen de gramíneas, presente en los cereales y las plantas silvestres o la maleza que crecen en los descampados, en los parques urbanos y en las cunetas de los caminos. Es un tipo de vegetal muy presente en Madrid, incluso en zonas verdes urbanas. Durante esta semana ha alcanzado su pico máximo de la temporada a causa de las altas temperaturas, inusuales para esta época del año: se han llegado a superar los 30 grados de máxima, cuando lo habitual en esta época es quedarse en 20-25 grados. También influye la sequedad del ambiente, debido a la falta de lluvias en las últimas semanas. Este cóctel meteorológico favorece tanto la floración de las plantas como la expansión del polen a través del aire, según detallan los alergólogos.

Tal concentración está incluso afectando esta temporada a personas que nunca habían sufrido síntomas de alergia. "Estamos viendo pacientes nuevos que están desarrollando episodios alérgicos por primera vez, sobre todo adultos jóvenes. Estos días también vienen muchos pacientes que hacía años que lo tenían controlado y también llegan muchos niños de corta edad", asegura Feo.

Y lo peor todavía puede estar por venir. "Hemos pasado unos meses de marzo y abril complicados por el plátano y las arizónicas. Ahora ha llegado la temporada de gramíneas, pero solo estamos en el primer tercio del periodo: aún nos quedan unas cuatro semanas más de alta incidencia y con riesgo para los pacientes", apunta el doctor. En las próximas semanas, además, llegará el periodo de mayor incidencia del polen del pino y el del olivo, aunque este último está menos extendido en Madrid que en otras regiones españolas.

Los expertos aconsejan acudir al consultorio médico cuando comiencen a aparecer los síntomas. El primer signo de una alergia consiste en irritación de los ojos, con picor en el lacrimal y sensación de sequedad. También suele presentarse mucosidad acuosa y estornudos continuados. "Es parecido a un catarro, pero con un picor intenso en los ojos", apunta el doctor Subiza, especialista en el tratamiento de alergias y asma. La sensibilidad al polen puede derivar en dolencias más graves, como dificultades para respirar, asma, tos seca u opresión en el pecho.

1. Parques: Limitar las estancias en parques, campos de cultivo o parajes con mucha vegetación. Son especialmente conflictivos los solares o descampados donde crece la maleza sin control.

2. Ejercicio: Evitar el ejercicio al aire libre durante los meses de mayo y junio, la época en la que más concentración de polen se prevé.

3. Gafas de sol: Proteger la conjuntiva de los ojos mediante gafas de sol y las vías respiratorias con mascarillas, sobre todo entre colectivos de riesgo, como asmáticos, mayores o niños con problemas respiratorios.

4. En el coche: Conducir con la ventanilla del vehículo totalmente subida para evitar la entrada de polen. Hay que evitar pasear por parques, se deben cerrar las ventanas y acudir al médico ante los primeros síntomas.

5. Ventanas: Mantener cerradas las ventanas de casa entre las 5.00 y las 10.00 h. de la mañana y las 17.00 y las 22.00 h de la tarde, ya que son los tramos con mayor nivel de polen en el aire.

6. Información: Hay aplicaciones de móvil que indican la concentración de polen en tiempo real y avisan de las situaciones de riesgo mediante una alarma (Alergo Alarm o Polen Control son dos de ellas).

7. Ropa: Evitar tender las prendas de vestir en el exterior de las viviendas, para que no se impregnen de granos suspendidos en el aire.

8. Fármacos: El afectado debe llevar consigo los medicamentos aconsejados por el médico en todo momento. Los alergólogos recomiendan someterse a un tratamiento de inmunoterapia: con la administración progresiva de una vacuna se pueden llegar a eliminar los síntomas casi por completo.

9. Humidificadores de aire: Es aconsejable utilizar estos aparatos en la casa y la oficina para generar humedad, ya que los granos de polen se dispersan con más facilidad en un ambiente seco.

10. Acudir al médico: Ante el primer síntoma, se debe consultar a un profesional (normalmente comienza con picor en los ojos).