Luis Bárcenas, castigado con 140 días sin paseos en prisión por amenazar a guardias civiles

  • Un jefe de servicios de la cárcel de Soto del Real y tres agentes de la Benemérita elevaron quejas contra el extesorero del PP por insultos y actitud violenta.
  • Instituciones Penitenciarias decide sancionar gravemente a Bárcenas tras los incidentes que ocasionó en un traslado hospitalario.
  • "Bien, bien, como si me queréis meter cuatro o cinco. Y llevarme a aislamiento", contestó Bárcenas cuando se le explicó que su actitud traería consecuencias.
  • El extesorero se negó a que le pusieran los grilletes a la espalda, como marca el protocolo de traslados, porque "yo no soy ningún delincuente".
  • Aunque se relaciona bien con el resto de presos, se ha vuelto más irascible y nervioso con los funcionarios "porque lleva mal que seguirá encarcelado".
Luis Bárcenas abandona la Audiencia Nacional, en Madrid.
Luis Bárcenas abandona la Audiencia Nacional, en Madrid.
GTRES
Luis Bárcenas abandona la Audiencia Nacional, en Madrid.

Los partes de incidencias que un jefe de servicios, un funcionario y tres guardias civiles de la prisión de Soto del Real (Madrid) elevaron contra Luis Bárcenas por insultos y actitud violenta durante un traslado hospitalario han motivado la apertura de un expediente disciplinario contra el extesorero del PP, señalan fuentes penitenciarias. La sanción: privación de paseos durante 140 días, un castigo importante que durante más de un tercio del año impedirá al extesorero dar paseos por el patio de su módulo. "El castigo se ejecutará preferentemente por las tardes, con la privación de sus actividades de ocio y recreo en el patio", explican las mismas fuentes.

El 8 de enero de 2014, Luis Bárcenas tenía programado un traslado al hospital Gregorio Marañón por problemas alérgicos. Pero tal traslado nunca se produjo. A las 8.15 horas de la mañana de ese día, según el parte que rellenó un funcionario de la prisión de Soto del Real, el extesorero "se encaró" con el conductor del furgón policial que iba a llevarle a él y a otros cuatro internos al hospital. Bárcenas no quería ir esposado con las manos en la espalda, tal y como manda el protocolo de la Guardia Civil. Montó en el vehículo a regañadientes y "empezó a dar golpes y a manifestar a voces su disconformidad". Por eso, los tres guardias civiles que iban en el vehículo con los cinco presos, incluido Bárcenas, decidieron parar en el último control de seguridad ante de salir de la cárcel.

En ese punto, Bárcenas les informó que no quería ir al hospital y deseaba volver a su celda en el módulo 4 de la prisión. Así se hizo. Al llegar de nuevo a su módulo, un funcionario le explicó al extesorero que debía rellenar una instancia explicando los motivos de su renuncia y se le informó que tal acción es motivo de un parte disciplinario. "Bien, bien, como si me queréis meter cuatro o cinco. Y llevarme a aislamiento también. Me da igual. Esto es inhumano", dijo Bárcenas, según el parte de incidencias. El extesorero pidió entonces que quería ver al médico de guardia de la prisión porque quería denunciar a la Guardia Civil.

Su visita a la enfermería de Soto provoca el segundo parte de incidencias, esta vez firmado por un Jefe de Servicios. Bárcenas exige ver inmediatamente al galeno. "Se le pregunta si presenta un padecimiento grave o de urgencia vital. Él dice que no, que quiere denunciar a guardias civiles. Se le informa del protocolo y de que el médico está ocupado, pero avisado". El interno, bastante nervioso, relata el parte, "junta las dos muñecas a la altura de mi cara de forma amenazante y con voz fuerte alega: esta lesión que tengo, me la ha hecho la Guardia Civil, tiene que verla el médico inmediatamente, porque pasados unos minutos ya no voy a tener nada". El médico le ve a las 10.15 horas. ¿Su informe?: "Enrojecimiento circular en ambas muñecas, siendo compatible con la colocación de las esposas, no precisando asistencia posterior".

"No soy un delincuente"

Los tres guardias civiles que intentaron llevar a Bárcenas al hospital también elevaron un escrito de queja contra el extesorero. Aseguran que Bárcenas no quiso que le pusieran las esposas a la espalda porque "él no es ningún delincuente para ir de ese modo". Ante la actitud de Bárcenas, el agente que conducía el furgón tuvo que parar el vehículo "en la rampa de salida del centro penitenciario, entre la garita de acceso y la puerta de la rampa". Los agentes explican en su escrito, igual que el funcionario, que Bárcenas renuncia a su consulta hospitalaria y pide regresar a su módulo. El vehículo policial da media vuelta. "Una vez dentro del módulo de ingresos, el interno se muestra muy alterado y dando voces se dirige a los agentes insultándoles de la siguiente manera: "Sois unos chulos, quitadme los grilletes ya, vaya chulería tienen las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado".

El parte continúa que tras quitarle los grilletes, "el interno ya tiene las manos libres y golpea con su mano en el hombro del guardia civil con número [...] diciéndole: mira cómo tengo las manos de los grilletes". Los agentes le piden que se calme y que no les vuelva a golpear en el hombro: "Sois unos chulos, me he quedado con vuestro número, os voy a denunciar". Este diario ha intentado hablar con el abogado de Luis Bárcenas, el exjuez Javier Gómez de Liaño, para saber si Bárcenas denunció finalmente a los agentes. No ha habido respuesta. En el traslado iban, junto a Bárcenas, otros cuatro internos, entre ellos un recluso de edad avanzada con problemas de estómago que le obligan a usar una bolsa externa para expulsar las heces. Por lo que la actitud de Bárcenas ocasionó graves molestias a los reclusos enfermos que le acompañaban.

Ayuda a los demás presos

Luis Bárcenas lleva en prisión desde junio de 2013. Aunque se relaciona bien con otros internos de su módulo y no ha acarreado problemas de convivencia, su actitud ha ido cambiando poco a poco según ha ido asimilando que su estancia en la cárcel va para largo. El juez Pablo Ruz ha ido rechazando las peticiones de excarcelación presentadas por su defensa hasta en tres ocasiones y está ahora centrando parte de su investigación en la mujer del extesorero, Rosalía Iglesias, de la que se han descubierto nuevas cuentas bancarias. Bárcenas cree que está colaborando con el juez y que él y su familia merecen otro trato, según las mismas fuentes. No le gusta estar en prisión, cada vez menos, y está más nervioso e irascible con los funcionarios que le tratan en el módulo 4.

Este distanciamiento no le impide ser un tipo listo. Sabe ganarse a sus compañeros de módulo para ser respetado y que le aprecien. Siempre que puede ayuda a redactar recursos y otros escritos a los internos. Ha conseguido que los radiadores de la biblioteca, donde pasa mucho tiempo, estuvieran funcionando durante este invierno, a pesar de las restricciones de calefacción impuestas por la dirección debido a los recortes. También ha logrado reunirse con su abogado sin mampara, en una autorización especial del juez de vigilancia penitenciaria. Su trato con los demás reclusos sigue siendo correcto y educado, aunque se muestra más desconfiado, sobre todo después de que La Sexta emitiera imágenes suyas en prisión y se encontrara una grabadora en una de las papeleras de su módulo. Instituciones Penitenciarias concluyó su investigación sospechando que un preso colombiano, que ya fue excarcelado tras cumplir su pena, fue quién grabó a Bárcenas en prisión y luego vendió las imágenes, tal y como adelantó 20minutos en noviembre de 2011.

Bárcenas compartió celda con Joaquín, un sevillano de 66 años que cumple condena por tráfico de drogas. Ahora está emparejado con un ciudadano mexicano, apodado México, también en prisión por tráfico de drogas. De momento, la dirección de la cárcel no le ha asignado ningún trabajo en el módulo 4, tareas que están remuneradas. Celda, patio, biblioteca, comedor y un poco de carrera para mantenerse en forma. La monotonía en la prisión hace que los días pasen más lentos. De vez en cuando juega a las cartas o al dominó, pero muy pocas veces. En el economato, por ejemplo, compra de vez en cuando la gomina que tanto le gustaba lucir cuando era libre. El bote cuesta 2,14 euros. La figura de Bárcenas se ha visto un poco ensombrecida con la llegada de otro preso ilustre: Rafael Velasco, detenido en Toledo en enero y considerado por la Policía Nacional como el mejor falsificador de billetes de España.

Cada viernes por la tarde recibe la visita de su esposa, Rosalía Iglesias, y la de su hijo Guillermo. La familia dispone de 45 minutos para charlar. Un par de veces al mes el matrimonio Bárcenas puede disfrutar de un vis a vis íntimo. Como todos los presos, recibe tres preservativos y sobres con lubricante. Su mujer le lleva ropa y le ingresa los 100 euros mensuales que puede tener en su cuenta de la prisión. A veces Rosalía Iglesias le lleva ropa, "que Bárcenas suele compartir con otros reclusos", según las mismas fuentes.

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