Vivir junto al juzgado en el que declarará la infanta o cómo cambia la vida de una calle

  • Los balcones de la vía en la que está el juzgado del juez Castro y desde los que se ve la rampa de acceso son potenciales platós de televisión.
  • En la zona se habla de importantes sumas por una posición estratégica que permita captar bien a la hija del rey, como ya ocurrió con Urdangarin.
  • Pero tiene su contrapartida: "Consumen electricidad de la casa, mueven los muebles si les estorban, están muchas horas,...", apunta una vecina.
  • Hay quienes ven en estas citaciones la posibilidad de aumentar sus ingresos y hay quienes se quejan de la "mala organización" y las molestias que generan.
  • CRONOLOGÍA: La investigación del 'caso Nóos'.
Imagen de la calle Parellades de Palma de Mallorca, en la que se encuentra el juzgado en el que declará la infanta Cristina.
Imagen de la calle Parellades de Palma de Mallorca, en la que se encuentra el juzgado en el que declará la infanta Cristina.
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Imagen de la calle Parellades de Palma de Mallorca, en la que se encuentra el juzgado en el que declará la infanta Cristina.

La calle Parellades de Palma de Mallorca concentrará el próximo 8 de febrero la atención de un país que por primera vez verá a un miembro de la casa real declarando en un juzgado, y como imputado. Esta vía, en la que se encuentra el juzgado del instructor del 'caso Nóos', José Castro, verá nuevamente alterada su vida cotidiana. La presencia ese día de la infanta Cristina oscila entre quienes prevén sacar algún beneficio económico, por ejemplo, alquilando sus balcones a los medios de comunicación, y quienes se quejan de las molestias y la "mala organización".

A falta de tres semanas, aún no se sabe si la hija del rey tendrá que hacer el paseíllo, como hizo su esposo, Iñaki Urdangarin, en las dos ocasiones que fue citado, o se le permitirá entrar y salir en coche. Verla andando por la cuesta de 40 metros que lleva hasta los juzgados sería una de las imágenes más cotizadas, y sin duda, daría la vuelta al mundo. Para obtenerla, una buena estrategia de los medios de comunicación es instalarse en alguno de los pisos desde los cuales mejor se ve el acceso al edificio.

Algunos vecinos y comerciantes de la calle con los que ha hablado 20minutos coinciden en señalar que la minuta por unas buenas vistas podría superar los 2.000 euros. Clara Sanchís, comercial de la librería Quars, menciona que esa es la cifra de la que se habló las veces que fue a declarar el duque y cree que en esta ocasión será mayor. Este local se encuentra en la misma acera que los juzgados y desde la terraza de la finca en la que está se ve el patio en el que desemboca la famosa rampa. "Es donde aparcan los funcionarios y donde está la puerta de acceso", explica. La última vez que Urdangarin estuvo en allí la cedieron de forma gratuita a un periódico local. Clara señala que en esta ocasión aún no se ha puesto en contacto con ellos ningún medio interesado en esa ubicación pero asegura que, si se da el caso, pedirán un intercambio publicitario.

Los pisos con mejor visibilidad están situados en el número 15. La propietaria de uno de ellos afirma estar dispuesta a dejar que los periodistas entren ese día en su casa, siempre que llegue a un acuerdo económico con ellos. Igual que la comercial de Quars, señala que todavía no ha recibido ninguna propuesta. Esta mujer recuerda que una de las veces en las que fue a declarar el expresidente balear Jaume Matas recibió la llamada de una cadena de televisión que argumentó no tener dinero por lo que no aceptó que se instalaran en su balcón. "Es una cosa molesta", apunta. "Consumen electricidad de la casa, mueven los mueves si les estorban, están muchas horas... Una vecina me contó que llegan la víspera y que la última vez estuvieron hasta las cuatro de la mañana", relata al otro lado del teléfono.

Otro de los residentes en el inmueble hace referencia a esas incomodidades para argumentar que esta vez no piensa prestar su vivienda, como sí ha hecho otras veces, y de forma gratuita: "Nunca me han ofrecido nada ni tampoco yo nunca he pedido nada". Su balcón no es de los mejor ubicados, por lo que solo suele ser utilizado por fotógrafos y para sacar unas primeras imágenes. Reconoce que no suelen permanecer mucho tiempo en la casa pero señala que no deja de ser una molestia. Molestia que se suma a las que, desde su punto de vista, generan los cortes de las calles, el alboroto de ese día y las fuertes medidas de seguridad que se establecen: "No se puede ni salir a comprar".

Molestias para unos, beneficios para otros

Clara Sanchís va más allá y habla de "mala organización". "Por la experiencia de otras ocasiones sabemos que el perímetro cada vez es más restrictivo. Cierran esta calle y las colindantes", indica. "Los clientes tienen problemas para acceder a la librería, les miran los bolsos, les hacen identificarse,... Las veces que ha venido Urdangarin incluso no hemos podido cobrar con tarjeta porque no funcionaban las TPV por los inhibidores", continúa. Por todo ello habla de "pérdidas económicas" ese día.

"La ventaja que tenemos es que se está haciendo justicia. Es lo que veo como ciudadana", agrega esta comercial. La librería en la que trabaja, especializada en Derecho, ha organizado una conferencia bajo el título "La monarquía delante del proceso penal" para el día antes de que declare doña Cristina. En ella intervendrán tres juristas.

A unos metros de Quars, en el bar-restaurante Es Suprem estos acontecimientos se viven de manera diferente. Ya esta semana han empezado a tener más clientes que de costumbre. "Están empezando a llegar periodistas. Estamos justo enfrente y lo tienen muy fácil, desde aquí tienen completamente controlada la rampa", comenta Francisca Cañellas. Preguntada por cuánto aumentaron las ventas los días que fue Urdangarin, la propietaria del establecimiento responde escuetamente que "mereció la pena abrir un sábado", jornada que normalmente se toman de descanso.

El próximo 8 de febrero lo volverán a hacer. Sabe que arrancarán a las siete de la mañana pero la hora de cierre dependerá del tiempo que la duquesa de Palma permanezca en el juzgado. Por si la declaración se alarga, ya tienen previsto un menú de mediodía, muy pensado para los periodistas que tendrán que cubrir la noticia: "Algo práctico, rápido y caliente, que pasan mucho frío".

Dificultades para circular libremente, tener que mostrar el DNI para acceder a casa, no poder sacar el coche del garaje hasta determinada hora... pero también ingresos extras. Si declaraciones como la de Urdangarin revolucionaron la vida de esta calle de Palma, la de la infanta Cristina lo hará aún más y sus balcones vuelven a convertirse en potenciales plataformas televisivas para buscar la mejor imagen de un acontecimiento que será inédito en España.

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