Oficinas bancarias, locales de comida rápida y otros comercios sufrieron el vandalismo el 14-N

Cristales rotos en un concesionario en Madrid, que se vio afectado por el vandalismo.
Cristales rotos en un concesionario en Madrid, que se vio afectado por el vandalismo.
A. C.
Cristales rotos en un concesionario en Madrid, que se vio afectado por el vandalismo.

Un grupo organizado de jóvenes se dedicó a destrozar el mobiliario urbano y a reventar oficinas bancarias y comercios en la zona de Atocha-Santa María de la Cabeza tras la manifestación del 14-N.

Jóvenes encapuchados y con la cabeza rapada que portaban mochilas, según testigos presenciales, bajaron por esta avenida volcando contenedores, prendiendo fuego a los cubos de basura y arremetiendo, especialmente, contra las sucursales.

Las oficinas de Banesto y Banco Santander en la Glorieta de Carlos V amanecían este jueves con cristales destrozados y cajeros inutilizados. El escaparate de un establecimiento de comida rápida a pocos metros ya había sido reparado después de ser completamente arrasado solo horas antes. "Lo han arreglado de madrugaba" aseguraba una empleada a 20minutos.es.

En la calle de Murcia, dos contenedores de vidrio y basuras quemados y volcados representaban lo sucedido. "Unos chavales bajaron de Atocha volcando los cubos. Lanzaron botellas a un señor que se lo recriminó desde su terraza, en un tercer piso", asegura Juana, residente en la zona.

Daniel, también vecino, explica cómo fue el ataque a la oficina de Bankia de la calle de Delicias, cerrada al público: "Rompieron la verja, sacaron la tapa de una alcantarilla y reventaron la puerta". La sucursal tiene todos los cristales rotos y no abre al público. Su personal solo puede hacer tareas internas. "Nos quemaron el cajero, pero no hemos sido los peores", se lamenta un empleado.

"Esos mismos agredieron a una chica que les increpó por lo que hacía. Le abrieron la cabeza. Le dije que entrase en mi portal porque estaba sangrando, pero se fue con un amigo", relata Daniel. Una pareja de ancianos fue zarandeada por los radicales por el mismo motivo.

El coste de los disturbios

Los jóvenes llevaban botellas de gasolina que utilizaron para prender fuego a cuantos contenedores encontraron, lo que generó densas humaredas negras. "Iban cantando 'Esto es lo mejor de hacer la revolución' y diciendo 'Qué bien lo hemos hecho'. Estaban organizados y se avisaban desde las esquinas cuando aparecía la Policía", afirma un comerciante que pide no ser identificado por temor a represalias.

En la confluencia de Santa María de la Cabeza con la calle de Delicias, los vándalos esparcieron los vidrios por toda la calle y arrastraron 30 metros uno de los contenedores fijos de basura.

El grupo continuó avenida abajo rompiendo los cristales y realizando pintadas como 'Fuego a los banqueros' o 'Sois culpables de nuestra ruina' en las fachadas de las oficinas de Barclays, el BBVA, BBK y de un concesionario de automóviles. Al llegar a un establecimiento de alimentación de la cadena Día, reventaron la cerradura mediante palancas y lo saquearon, llegando a sacar por la puerta carros llenos de comida. Las pérdidas  causadas, según el personal que este viernes evaluaba los daños, superarán los 4.000 euros.

El Ayuntamiento de Madrid no ha hecho aún el cálculo total del coste de los disturbios del 14-N. Este jueves, quienes se empleaban a fondo eran el personal de limpieza y mantenimiento tanto municipal como privado.

Rubén, empleado de la subcontrata de limpieza que atiende a varias oficinas bancarias condenaba los destrozos mientras se esforzaba por quitar las pintadas de las paredes de una sucursal. "Tendremos trabajo durante días. Al menos hay trabajo", concedía resignado. "Estos, ni son manifestantes ni son nada", aseguró a este diario el director de una de las entidades.

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