Los retos del futuro presidente de la Comunidad: el déficit, los recortes y las privatizaciones

  • La Comunidad de Madrid tiene un agujero de 1.000 millones en ingresos, ha duplicado su déficit y aún debe ajustar más.
  • González asumirá el desgaste por los nuevos recortes, las subidas de impuestos o la implantación de los peajes en las carreteras.
  • Afronta el encargo de privatizar Telemadrid, el 49% del Canal de Isabel II y estudiar si es posible aplicar la fórmula en el metro.
  • Los plenos de su investidura se celebrarán el 25 y el 26 de septiembre.
Esperanza Aguirre, junto al vicepresidente regional, Ignacio González, durante una rueda de prensa.
Esperanza Aguirre, junto al vicepresidente regional, Ignacio González, durante una rueda de prensa.
EFE
Esperanza Aguirre, junto al vicepresidente regional, Ignacio González, durante una rueda de prensa.

Ignacio Gonzalez asumirá previsiblemente la Presidencia de la Comunidad de Madrid la semana que viene. Si los plazos se cumplen, asistirá a la conferencia de presidentes autonómicos convocada por Mariano Rajoy como máximo mandatario de la región. En este foro, las regiones españolas tratarán con el presidente del Gobierno el tema capital: el cumplimiento del déficit y los nuevos recortes para conseguirlo.

Será ahí donde inicie su andadura al frente de una región que, pese a la imagen de buena gestora proyectada por Esperanza Aguirre hasta ahora, se encuentra en importantes apuros económicos.

Del agujero a los peajes

De su madrina política hereda la necesidad de medidas para ayudar a encontrar trabajo a los 572.009 parados madrileños. Por si no fuera poco, está el agujero de 1.000 millones en ingresos que ha disparó el déficit regional al doble de lo previsto (del 1,1% del PIB regional al 2,21%). Asume también los 1.045 millones recortados el pasado mes de julio al presupuesto vigente y los que vendrán en 2013.

Junto a este plan de ajuste han llegado el 'tasazo' (incremento de los precios para trámites públicos, matrículas universitarias, comedores escolares y escuelas infantiles, creación de 40 nuevas tasas para servicios hasta ahora gratuitos), el sablazo en el transporte, los recortes de becas y los peajes en las carreteras, cuya entrada en vigor está prevista para el año que viene.

Funcionarios en lucha

González tendrá que sobrellevar el descontento ciudadano por estas decisiones, además de los problemas con los profesores, sindicatos, médicos y abogados, que no han dejado de salir a la calle por las sucesivas bajadas de sueldo, los ajustes y la introducción de forma masiva de empresas privadas en los servicios públicos.

Las pequeñas y medianas empresas (pymes) también siguen en pie de guerra por la última ley de liberalización de horarios comerciales, ya que, alegan, no pueden competir en horario y días de apertura con las grandes superficies.

González sí tiene de su parte a la patronal madrileña, la CEIM, que, con Arturo Fernández al frente —amigo personal de Esperanza Aguirre— apoya sin fisuras al PP de Madrid.

Adiós a la radiotelevisión pública

Entre los retos está rematar la confección del presupuesto del año 2013, que sufrirá otro descenso por la previsible caída de la recaudación de impuestos. Con ello, aumentarán los tijeretazos.

Para intentar obtener recursos y limitar el gasto, el nuevo presidente tiene que llevar a término la privatización de Telemadrid (con 242 millones de euros de deuda) y la salida a Bolsa del 49% del Canal de Isabel II, aplazada sine die por la coyuntura económica.

La apuesta de Eurovegas

Eurovegas puede ser la palanca de cambio e ilusión que impulse la economía madrileña. Así lo cree al menos el Ejecutivo. El magnate Sheldon Adelson aún espera respuesta sobre las concesiones (impuestos, leyes) que ha exigido al Gobierno central en materia de ley antitabaco o normativa contra la evasión fiscal y sobre la financiación que necesitará para acometer la primera fase de su macroproyecto de casinos y centros de congresos. La Comunidad ya ha asegurado que le dará todas las facilidades en las materias de su competencia.

Sin embargo, González también hereda el gran proyecto fracasado de Esperanza Aguirre: el Campus de la Justicia. Lo que debía ser un macrocomplejo para reunir en Valdebebas los organismos y sedes judiciales hoy dispersas por la región no es más que un erial donde la Comunidad invirtió 100 millones de euros.

De los edificios futuristas proyectados por arquitectos de prestigio como Zaha Hadid, Norman Foster, Pei Cobb o Rafael de La Hoz tan solo quedan las maquetas, guardadas y olvidadas hasta tiempos mejores en dependencias de la Comunidad de Madrid. El único edificio en pie, abandonado junto a la autopista M-12 del aeropuerto de Barajas, es el Instituto de Medicina Legal que diseñó Alejandro Zaera Polo.

Enfrentamiento con Génova

En lo estrictamente político, González aspira a mantener unido el Partido Popular de Madrid, que, con Aguirre al frente, ha logrado consecutivamente sus mejores resultados en cada uno de los comicios electorales desde del año 2003. Por el momento, Aguirre no ha anunciado su intención de dejar la presidencia, lo que le da a González tiempo para foguearse en su papel de presidente de la Comunidad sin tener que preocuparse de la estabilidad de la formación, hoy, un bloque sólido en torno a la "lideresa".

La duda es si Aguirre agotará su mandato y esperará hasta el XVI Congreso, que se celebrará en 2016 (fue reelegida en el XV Congreso en abril de 2012), o convocará un congreso extraordinario para traspasar los poderes al hoy secretario general.

El auténtico reto, sin embargo, son las relaciones de González con el PP nacional, maltrechas a día de hoy toda vez que González fue en el pasado el artillero de Aguirre a la hora de discutirle el liderazgo del PP a Mariano Rajoy y teniendo en cuenta que la dirección nacional no le quiere en el puesto. Un enfrentamiento abierto, en cualquier caso, no beneficia para nada los intereses del PP.

Cuidar la mayoría absoluta

Los recortes hacen mella y el ascenso de UPyD en la Comunidad, que ya ha arrebatado votantes a los populares, podría hacer peligrar la holgada mayoría absoluta que permite al PP de Madrid aplicar su proyecto liberal sin ninguna resistencia.

En la Asamblea de Madrid, los partidos de la oposición dudan de que tratar con el González presidente vaya a ser más sencillo que tratar con el González vicepresidente. Si hay alguien más duro que Aguirre en sus invectivas contra la oposición, ese ha sido, sin duda, su mano derecha. A su vez ningún consejero regional ha sido más atacado por PSOE e IU que González, contra quien han utilizado asuntos como los casos de espionaje en el PP y el sufrido por él mismo y la investigación sobre su ático en Marbella.

En esta situación, no parece fácil que los grupos de la Asamblea logren pactar la mayoría cualificada necesaria para reformar la ley electoral tal y como propuso en su día Esperanza Aguirre.

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