El juez Pablo Ruz procesa a tres mandos policiales por el chivatazo a ETA del bar Faisán

  • Les acusa de colaboración con banda armada, encubrimiento y revelación de secretos.
  • El chivatazo se produjo el 4 de mayo de 2006 en el bar Faisán de Irún.
Agentes de la Policía Nacional salen del bar Faisán de Behobia (Irún).
Agentes de la Policía Nacional salen del bar Faisán de Behobia (Irún).
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Agentes de la Policía Nacional salen del bar Faisán de Behobia (Irún).

El juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz ha procesado este miércoles a los tres mandos policiales imputados en el "caso Faisán", entre ellos el exdirector general de la Policía Víctor García Hidalgo, por un delito de colaboración con organización terrorista o encubrimiento y por otro de revelación de secretos.

Así lo ha acordado el magistrado, que investiga el chivatazo a ETA en 2006 por el que se alertó a la banda de una operación policial contra su aparato de extorsión en el bar Faisán de Irún (Gipuzkoa), en un auto en el que también ha procesado al inspector de la Brigada de Información de Álava, José María Ballesteros, y el jefe superior de Policía del País Vasco, Enrique Pamiés. En ese momento había un proceso de tregua abierto entre ETA y el Gobierno.

En su resolución, de 75 páginas, el juez Ruz plantea las dos calificaciones alternativas de colaboración terrorista o encubrimiento, aunque se inclina más por tipificar los hechos como delito de colaboración con banda armada.

Para el juez, "en el presente momento aparecen motivos bastantes para afirmar que los ahora procesados pudieron cometer" los mencionados delitos y concluye que los tres mandos policiales pudieron filtrar a ETA detenciones inminentes que se iban a producirse.

Doce indicios

Ruz tomará declaración indagatoria a García Hidalgo, Pamiés y Ballesteros el próximo 19 de julio a partir de las 10.00 horas para comunicarles su procesamiento.

Según detalla en el auto, el juez ha recabado hasta doce indicios contra los procesados, sin perjuicio de la prueba que se practique en el juicio oral, entre los que cita la confirmación de la presencia junto al bar Faisán de Ballesteros en los minutos previos a producirse la llamada telefónica investigada y que es atendida por el dueño del establecimiento Joseba Elosua en el interior del local.

También cita que el conocimiento que tuvieron de la filtración fue a través de la baliza instalada en el vehículo de Elosua. Asimismo, el magistrado pone de manifiesto los cortes registrados en las cintas de vídeo que grabó las inmediaciones del bar Faisán el día que se produjo el soplo.

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