Así serán los velatorios poscoronavirus: reducidos y con mascarilla

El tanatorio municipal de la M-30 guarda una tensa paz. El sonido de los llantos se ha convertido, desde el pasado 23 de marzo, en un incómodo silencio. Los cuerpos siguen llegando por la parte trasera, pero ningún allegado les espera allí. Una vez en el garaje son metidos en el ataúd y de ahí van al crematorio o al cementerio y a medio camino no hay ninguna reunión para velarles. Tampoco en Sevilla, Barcelona o Valencia. Todos estos ayuntamientos decretaron a finales de marzo, cuando el brote de coronavirus estaba desbordado y las muertes diarias se contaban por centenas, el cierre de los velatorios. Incluso aunque el fallecimiento nada hubiera tenido que ver con la Covid-19.

​No obstante, ahora el virus está controlado y la fase 1, en la que no entrarán todas las capitales este lunes (Madrid lo ha pedido pero se le ha rechazado y Barcelona ni lo intentó), vuelve a permitir que se vele a los muertos. Y los tanatorios ya se preparan para ello.