Al fondo de un patio, junto a un taller de ebanistería aún activo, está el estudio y vivienda de Eduardo Barco en Carabanchel. Este artista que produce obras de pintura, escultura, cerámica y muebles y, además, da clases en la facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid, adquirió, hace seis años, este viejo taller en estado de abandono.
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​Él fue uno de los pioneros, los primeros artistas que llegaron al barrio y que fueron recibidos con una mezcla de curiosidad y hospitalidad por los vecinos de la zona. "En mi caso ha sido una simbiosis como no he tenido nunca en ninguna otra parte en la que he estado viviendo. He vivido en París y en Nueva York y lo que me ha ocurrido en este barrio no tiene parangón", dice Barco.