Del teclado a la consola, pasando por el joy-stick. La cosa era mejorar la experiencia del juego y que el control de lo que pasa en la pantalla fuera fácil y rápido, casi instantáneo. Ahora que parece que el streaming (con Stadia o no) lo va a ocupar todo, preocupa la latencia de esa experencia.

Pero al tiempo, se anuncian nuevas formas de controlar un videojuego. Los movimientos con el cerebro o las expresiones faciales parecen ser el futuro que llega. Son dos propuestas diferentes y ambas ofrecen un escenario apasionante.

Un proyecto de la Universidad de California - Santa Cruz (Estados Unidos) propone que el jugador, en este caso, los jugadores (2), consiga lograr la movilidad de su personaje en el juego, o de su misión, utilizando sólo el lenguaje gestual de sus rostros.

Cuenta Polygon que Katherine Isbister, responsable de la investigación, ha creado un juego al que ha llamado In the Same Boat. Su mecánica exige la cooperación y la coordinación de dos jugadores para hacer avanzar un bote a través de un río.

No hay controles. La guía de la piragua en la que montan las dos jugadoras se realiza con las expresiones de sus rostros. Sendas cámaras en la parte superior de la pantalla registran los gestos de la cara. Si se hacen los adecuados, el bote avanzará correctamente.

Isbister no pretende que juguemos así a nuestros videojuegos favoritos en un futuro. Su objetivo, el de este proyecto, es crear "intimidad, confianza, cariño y afecto a distancia a través de un juego en red".

Está claro que su propósito apunta a otras formas de jugar, menos individualistas. "Creo que los juegos que acercan a las personas y que crean conexiones emocionales y sociales no solo son extremadamente divertidos, sino que también podrían ayudar a cerrar la brechas y la desconfianza que nos separan".

Impresiona aún más lo que están haciendo en la Universidad de Washington, casi telepatía. Su investigación persigue controlar un videojuego con el cerebro. De momento, han demostrado cómo podrían comunicarse tres personas para resolver problemas usando la mente como vía de comunicación y reflejándolo en un videojuego.

Han creado BrainNet, una interfaz que conecta tres cerebros. Usando electroencefalografía recaban las señales de cada uno y con estímulos magnéticos transcraneales las pueden enviar. El objetivo del juego es completar una hilera de figuras semejantes a las que vemos en Tetris. Los investigadores acabaron logrando una precisión del 81.25%.

Dos personas son los Emisores y el tercero, el Receptor, el que recibe las decisiones de los otros dos. Eligiendo entre "Sí" o "No", los emisores comunican si la pieza debe girar en un sentido o en el otro para encajar.

Cada opción titila con diferente frecuencia, lo que genera un estímulo distinto. Todo gracias a un casco de electroencefalografía que envía los datos a Internet, para que luego lleguen al Receptor. Luego, éste decide qué hacer para encajar la pieza y hacer línea.