Por primera vez en la historia de Mask Singer, tal y como anunció Arturo Valls en la final, hubo doble ganador por empate. Las máscaras de Ratita y Gorila obtuvieron el 50% de los votos cada una, por lo que ambas se alzaron con la victoria. 

"Es la primera vez que dos máscaras se van a ver las caras", puntualizó el presentador, ya que ambas debían desenmascararse. El primero fue Gorila, que le dio un punto a Ana Obregón tras acertar su identidad. 

Fernando Morientes dio vida a Gorila, sorprendiéndose a sí mismo: "Yo tampoco me lo esperaba porque soy muy tímido y he bailado y cantado. Ha sido tremendo". 

La expectación con Ratita era alta, ya que hizo llorar a Ana Obregón en programas anteriores y logró conectar con el jurado emocionalmente. Ana Torroja se escondía bajo la máscara y ninguno de los investigadores apostó por ella, sino por Shakira y Carmen Calvo. 

"Ahora entiendo la magia que tenía Ratita", aseguró Mónica Naranjo. "Es un lujo tener a una leyenda viva de este país", prosiguió la investigadora. "Lo más difícil era que no se me reconociera", confesó Torroja.