¿Cómo ves el panorama mediático de hoy, Olga?, pregunta Aimar Bretos a Olga Viza en Hora 25 de la Cadena SER. "Ay, Aimar, esta es difícil", responde la periodista que tantos informativos y tantas retransmisiones presentó. Ella respira. Ella se toma su tiempo para contestar. Porque Viza sabe que delante de un micrófono primero se piensa y, después, se habla. Una práctica que parece obvia pero rara, pues se ha ido interiorizando que el espectáculo de la palabra empieza al revés. Vivimos tan trepidantemente en directo la información que la especulación nos adelanta. Porque necesitamos certezas antes de que existan. Y ya, después, se recoge el cable si hace falta. Como si no hubiera pasado nada. Total, recibimos tantos impactos al día que, también, casi todo lo olvidamos al día. Incluso el complejo de culpa con las mentiras se ha devaluado. La agitación sin fundamento sin matices sin contextos se premia más que castiga, pues nos fijamos más en lo que nos indigna que en lo que nos aporta.
"Yo siempre echo mano de una frase de Iñaki Gabilondo: "en caso de inundación, lo primero que escasea es el agua potable". Es decir, con la sobreinformación son necesarios los periodistas que contrastan la información". Viza dibuja a la "viralidad" como ese río desbordado en el que necesitamos canalizar las palabras. Las redes sociales y las aplicaciones de mensajería se han convertido en la portada de acceso a los medios rigurosos y los que se hacen pasar por medios fidedignos. Y es el propio usuario el que debe tener alimentado el espíritu crítico para saber discernir el interés detrás de cada hecho. Si detrás de cada publicación está la pretensión de influir o informar.
Como periodista, Olga Viza escucha más que opina. Se nota, pues para contestar a Bretos acude a otro referente más. "Sigo creyendo en el periodismo. Creo que hay excelentísimos y no pocos periodistas solo que, como diría Rosa María Calaf, ahora entretenemos más que informamos. La gente cree que está informada pero está entretenida. Yo entiendo que la información es más aburrida, pero es la gasolina que necesitamos para caminar", explica. Necesitamos distraernos. De hecho, hasta la política ha ido mutando en una especie de efervescente show que vemos como un reality. Detrás de la pantalla del móvil, todo suena a videojuego. Y lo consumimos como una partida. Aunque sus decisiones nos afecten en nuestra existencia cotidiana.
Pero hay un gran problema de la crisis mediática actual que Olga Viza define sin necesidad de acudir a referentes: "El periodismo de trinchera, que yo he conocido en el deporte. Al principio me lo tomaba un poco en broma, porque antes era sacrílego decir si eras del Barça o del Madrid o del Atleti. No hace bien a la sociedad. Hemos convertido el debate en conflicto, que es mucho más atávico. Una tertulia encendida atrae y el periodismo se ha convertido en la piedra que tienes que ir buscando por la jungla", verbaliza poniendo en la palestra una crítica que deberíamos ejercer más los periodistas. Ejerciendo el periodismo tu respetable militancia debe ser siempre respetuosa con los hechos.
Pero el 'periodismo hincha' quedó seducido por las expectativas de la ambición propia. Así la información ha quedado abstraída por el espectáculo de la tertulia que busca más convencer que descubrir, también en programas que se creen rigurosos y precisos. Sin embargo, el periodismo no es el que quiere convencer, es el que intenta entender.
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