Laura Boado recibió este miércoles a las puertas del restaurante de First Dates a Paco, que comentó en su presentación que "si quiero algo, voy a por ello. Sé lo que quiero", afirmó el terapeuta.
La camarera le pidió al comensal que se describiera: "Soy un chico tranquilo que le da cierto sentido a su vida y deportista. El deporte es un instrumento para mi forma de vida", explicó el segoviano.
"En mi vida he tenido problemas con las adicciones, pero hice un tratamiento en el que una de las herramientas era el deporte para llevar una vida distinta a la que tenía antes", le contó a la gallega.
Su cita fue María José, que se definió como "una tía súper activa, nerviosa, y no todo el mundo es como yo ni lo pretendo. Pero si me encuentro a una persona que su vida es el sofá y trabajo, ni lo aguanto yo ni él a mí".
"Cuando la he visto entrar, me ha parecido una persona magnífica", admitió Paco nada más ver a la toledana cruzar las puertas del restaurante del amor.
Tras conocerse en la barra y hablar de sus procedencias y trabajos, Boado les acompañó a la mesa para comenzar la velada y descubrir si tenía un futuro juntos o no.
En un momento de la cena, María José le preguntó a Paco si le gustaban los animales, y él le contestó que tenía un perro. "Yo tengo dos gatas y un perro", comentó la toledana.
"Pero siempre llevo conmigo una mascota. Si no la llevo debajo del brazo, va en el bolso o en algún lado: ¿Te la enseño?", afirmó la comensal para sorpresa del segoviano.
Entonces, María Jose sacó de su bolso una rata: "Tiene su significado. Viene a raíz de una canción que se llama Paquita, la del barrio. La canta el marido de una amiga y para nosotros es nuestra esencia", explicó la soltera.
"Nos llevamos a Gertrudis a todos lados", afirmó mientras Paco miraba la rata disecada con asombro: "Pues nada...", acertó a decir mientras María José no paraba de reírse y él le pedía que la guardara para seguir cenando.
Al final, la toledana sí que quiso tener una segunda cita con Paco: "A ver si soy capaz de hacerle reír y sea más espontáneo". El terapeuta, por su parte, prefirió no volver a quedar: "Creo que no podría aguantar el tirón que ella necesita ni soy tan excéntrico".
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