Tras ser expulsado el pasado jueves, este martes fue el día que Ginés Corregüela pisó por primera vez el plató de Supervivientes 2023 y tuvo que enfrentarse a todo lo que se ha dicho de él fuera y todo lo que ha pasado con Yaiza, su pareja. Pero también vivió la emoción del reencuentro con sus familiares.

Su hija Míriam ha sido la más presente en los programas de televisión, primero defendiéndole y luego criticando sus reprobables actitudes que dejaban en mal lugar a su madre y a ella misma, pues vivió varios enfrentamientos con Yaiza en los platós. Sin embargo, Míriam no quiso estar en este primer reencuentro, pero sí lo hizo su otra hija, Laura, y sus padres, Antonio y Catalina.

"Estás muy emocionado por la idea de recibir a tu hijo", le preguntó Carlos Sobera al padre, y esto provocó que se echara a llorar. "Él es muy bueno. Es buena persona", defendió Antonio.

"Lo hemos visto bien, para nosotros un hijo no tiene faltas ningunas", añadió la madre, aunque también reconoció que "a veces tenía sus fallos, a veces estaba mejor, a veces peor...".

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"Siempre erramos en la vida", intervino el padre. "Toda España y fuera de España se han enterado de todo. Y a ver qué ha hecho...", añadió y, después, opinó que hay muchos que hacen lo mismo que su hijo y no se entera nadie, en referencia a las infidelidades confesas de Ginés o al mal lugar en el que dejó a su exmujer, diciéndole que volvería con ella pero luego acercándose a Yaiza.

"Tengo ganas de verlo y de abrazarlo, es lo que más tengo", aseguró Laura Corregüela. "Me hubiera gustado que mi hermana estuviese aquí, pero su opinión es respetable e igual que la mía porque es mi padre. Hay cosas que no defiendo, pero es mi padre".

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Al entrar en plató, Ginés se abrazó a su hija y, después, a sus padres, que no dejaban de llorar, especialmente Antonio. "Tranquilidad y ya está. Tranquilidad, que no pasa nada. Sé lo que quiero y sé lo que tengo que hacer", intentó calmarlos el exconcursante.

Después, sus padres se sentaron y continuaron muy emocionados, mientras el superviviente estaba entado con Carlos Sobera. Por ello, Carmen Borrego le afeó que no se levantara a consolarlos, algo que también criticó después Marta Peñate para defender que tenía una actitud insensible.