Borja Terán Periodista
OPINIÓN

Mercedes Milá y dar la cara

Mercedes Milá sabe que el periodismo va de poner y dar la cara. Y que la libertad verdadera va unida al atrevimiento de la responsabilidad. 
Mercedes Milá con María Escario en el plató de TVE responde
Mercedes Milá con María Escario en el plató de 'RTVE responde'
RTVE
Mercedes Milá con María Escario en el plató de TVE responde

"Ha sido emocionante volver a Prado del Rey. Porque Prado del Rey para mí fue como el faro de mi carrera profesional. Porque cuando, por fin, pude trabajar en Informe Semanal, venía aquí todos los días con mi cochecito. Atravesaba la Casa de Campo, veía todas las estaciones del año en todos los colores de los árboles. Y, entonces, aparecía en TVE, no había manera de aparcar, pero yo me sabía algunos trucos, me metía por no sé dónde y, al final, llegaba al despacho. Y ahí estaban Antonio Gasset, Pedro Erquicia, Sol Alameda...". Acaba de comenzar la entrevista en RTVE responde y Mercedes Milá ya ha dibujado un relato periodístico cargado de matices, detalles, rincones y emociones. 

Milá ha regresado a la sede de Televisión Española para hablar con María Escario, defensora de la audiencia de la corporación, de su retorno a la cadena en la que comenzó su imparable trayectoria profesional. "¿Por qué eliges volver a la Pública, Mercedes?", le pregunta.

Y, de nuevo, Milá se abre de una manera que se está perdiendo en las entrevistas en la pantalla tradicional. "Yo vuelvo a la pública gracias a JP (Jose Pablo López, director de contenidos de RTVE), que un día le dijo a María Ruíz, mi jefa en Zanskar (productora), que me quería conocer. Nos fuimos a comer y me pareció un tío de tal categoría que dije si este tío me dice alguna vez que vuelva, vuelvo. Entonces, luego, Movistar cesó la colaboración conmigo y aquí estamos. Vuelvo por la fe de una persona, en lo que creo muchísimo". 

Los buenos periodistas suelen ser buenos entrevistados. Saben que la generosidad es clave en una conversación. Y la ejercen, compartiendo preocupaciones, sensibilidades, confidencias, vivencias. Incluso haciendo partícipes al resto de su curiosidad, otro de los motores de la comunicación social. Y de curiosidad irá su nuevo espacio en TVE, que pretende el valor del intercambio generacional. "No sé de qué me hablas", se llama el proyecto.

"Me gusta mucho el título, porque de alguna manera define algo que está pasando en esta sociedad. Vamos tan rápido que no somos capaces de mirar atrás", explica lúcida María Escario sobre la necesidad de aprender de dónde venimos para entender lo que nos viene por delante. En ese instante, en este encuentro entre las dos maestras del periodismo televisivo, surge la sombra de si las redes sociales nos oprimen y de si existe (o no) una "dictadura" de lo políticamente correcto.

Milá no tiene complejos al respecto. "Sólo tengo Instagram y lo que recibo, en un 90 por ciento, es buena información", rebate. Todo depende de quién te rodees, como en la vida fuera de las pantallas. Y también de saber buscar, observando con conciencia crítica lo que te llega. "En cuanto lo políticamente correcto, depende dónde trabajes. Libertad hay, aunque se empeñen en negarlo. Tú eres defensora de la audiencia, pero si fueras de los jefes les pondrías muchos ceros, perdona que te diga. Porque muchas veces ha faltado valentía por parte de las autoridades dentro de Televisión Española. Porque, a su vez, están tan pendientes del parlamento, de si van por aquí o van por allá... Pero lo más importante es la libertad. Para la televisión pública. Y para cualquier otra. Y yo, por suerte, siempre en TVE trabajé libre. En esta empresa, jamás me censuraron una entrevista y me dijeron este sí o este no. Pretendo que pase lo mismo", sentencia a cámara. Una vez más, Mercedes se implica y realiza un relato desprejuiciado de los nuevos tiempos. Incluso del problema de fondo que ha sufrido RTVE. Viene con la mochila llena de entrevistas para no dejarse vencer por tópicos 'romantizadores' de "cualquier pasado fue mejor".  

"¿No me vas a dar mucho trabajo, verdad que no?", pregunta María Escario. "", responde rotunda Milá. "Te voy a dar trabajo pero también te voy a dar la cara". Y ahí, en esta afirmación contundente, Mercedes Milá muestra su libertad en la más bella expresión. En este tipo de programas institucionales de la cadena pública, como RTVE responde, normalmente los invitados se oprimen con respuestas protocolarias y vacías en las que se palpa el temor al "qué dirán" que tanto ha aplanado la creatividad televisiva. Huele constantemente a cierto pavor al "no me entenderá el público", al "se enfadarán los jefes", al "me cancelarán los ofendidos". Y surge una perversa autocensura que merma la cultura.  También en una simple entrevista. Milá nunca ha sido así, no lo va a ser ahora. Milá no quiere una tele pública de la indiferencia.

Y, al final y al principio, "Te voy a dar trabajo pero también te voy a dar la cara" es una precisa hoja de ruta para entender la manoseada y devaluada palabra Libertad, que en su verdadero significado siempre va unida al atrevimiento de la responsabilidad. Mercedes Milá lo verbaliza sin rodeos y con conciencia social. Porque Milá sabe que el periodismo y la libertad va de poner y dar la cara. Eso sí, mejor mirándonos todos a los ojos. Intentando entender hasta lo que no entiendes. Sin demasiadas excepciones, con sobradas empatías.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento