Tras su maternidad, Adela Úcar decidió regresar a la televisión apostando por ETB2 y el programa El impostor, un formato ideado por la productora vasca Pausoka que había viajado anteriormente por las televisiones de todo el mundo.

Así, El impostor era una mezcla entre reality y concurso donde una familia real tenía un día para conocer y adaptarse a un impostor que le presentaba el programa. De esta manera, todos debían trabajar en equipo para que el intruso resultase lo más creíble posible.

Durante ese día, los concursantes se conocían y comenzaban a trazar un plan para que el impostor se adaptase a la casa y todos parecieran miembros de la misma familia. Cuando acababa este periodo, un famoso se introducía en la casa durante 12 horas para tratar de descubrir al intruso.

Si, al terminar el programa, el famoso había logrado desenmascarar al impostor, se hacía con un premio económico que era donado a la ONG que eligiera. Pero, si no lo conseguía, eran la familia y el impostor quienes ganaban el concurso y se repartían el premio.