Entre 2007 y 2008 los piques en las familias estaban asegurados gracias al concurso Identity que, con Antonio Garrido (Los protegidos) al frente y emitido en La 1, pretendía que un concursante averiguase las profesiones de doce personas a las que no había visto en su vida.

Doce personas anónimas, de pie, inmóviles, sin ningún tipo de expresión en la cara o el cuerpo, se mostraban ante un concursante que debía averiguar a qué se dedicaban. Cada uno de ellos tenía, eso sí, una afición o cualidad peculiar que lo distinguía del resto.

Con solo este detalle, el participante debía adivinar a qué se dedicaba profesionalmente cada uno. Eso sí, en muchas ocasiones las pistas, más que ayudar, ponían más complicada su tarea al concursante.

El premio final constaba de 100.000 euros y, según el participante iba adivinando la identidad de cada uno de los anónimos, iba consiguiendo una suma distinta hasta llegar a la cantidad final. Sin embargo, dos fallos suponían la pérdida de todo lo acumulado hasta el momento.

Por suerte, los participantes contaban con varias ayudas: un comodín del fallo que, no obstante, desaparecía cuando quedaban solo tres extraños; el comodín Tri-Dentity, que reducía a tres las posibilidades de una profesión; y la ayuda de los expertos, que podían ser psicólogos o fisonomistas que, aunque no conocían las identidades de los desconocidos, podían ayudar al participante a dar con la opción correcta.