Este viernes, Equipo de investigación exploró toda la realidad que envuelve el Pazo de Meirás, en Sada (A Coruña). El programa trató de dar respuesta a algunas incógnitas sobre el monumento, como su financiación, su patrimonio artístico o cómo llegó a Franco.

La familia Franco pide posponer la entrega del Pazo de Meirás y "al menos dos meses" para retirar los bienes

Los orígenes del Pazo de Meirás se remontan a 1870, cuando Emilia Pardo Bazán (Los pazos de Ulloa) encargó su construcción. A su muerte, sus herederos no pudieron hacerse cargo de los gastos. Entonces, la propiedad llegó a manos de Franco.

Además de ser la residencia veraniega del dictador, el Pazo de Meirás tenía una explotación agropecuaria cuyo modus operandi era muy similar al de una empresa pública, siendo siempre su beneficiario el dictador. 

En palabras de Fernando Souto, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica: "Todos los beneficios los recibía Franco y los declaraba. Pero ¿quién pagaba los gastos? Los gastos los pagaba el Estado".

El formato también se cuestionó una idea muy popular, pues siempre se ha oído que los propios vecinos de Sada financiaron de manera voluntaria el monumento para la familia de Francisco Franco. 

Pero, según los testimonios aportados, no es así. "Fue algo impuesto por el Estado que tenían que pagar el pobre y el rico", afirman los vecinos. Ante la pregunta del reportero sobre qué ocurría si no se cedía ese dinero que se reclamaba puerta por puerta, contaron lo siguiente: "Te mandaban a la secreta. Te agarraban y te pegaban una paliza".

De esta manera, casi 100 consistorios aportaron dinero para la compra del Pazo. El líder en cuantía fue A Coruña (25.000 pesetas), reveló la alcaldesa, Inés Rey. Por su parte, La Junta Propazo de Meirás consiguió recaudar 1,2 millones de pesetas. Según Souto, el Estado sufragó incluso "la ampliación de los baños, el arreglo de la capilla" o "la fachada de las torres de Meirás".