Este viernes, Equipo de investigación despidió la temporada con una esperada entrega. Y es que, su reportaje semanal se centró en la muerte de Cristina Ortiz, La Veneno. El formato trató de dar luz mediante testimonios y con la ayuda de expertos sobre un caso que, para muchos y muchas, se cerró demasiado pronto.

Además de la madre, las hermanas o su fiel amiga, Paca La Piraña, participó en el programa Andrea Petruzzeli, su exnovio italiano, mediante una videollamada desde Nicaragua. La artista le acusó en su momento de atrocidades como ejercer sobre ella maltrato físico y psicológico, pegar a sus perros e incluso meter a uno de ellos en el microondas. 

Por otro lado, uno de los aspectos que más marcaron la vida de Veneno fue su paso por la cárcel. Y es que, fue internada en una prisión de hombres, donde tuvo que prescindir de su tratamiento de hormonas y sufrió todo tipo de abusos por parte de los funcionarios, según contó en diversas entrevistas. Lo que nadie esperaba es que el que fuera manager y pareja durante años de Ortiz, Petruzzeli, confesara en Equipo de investigación, sin ningún tipo de tapujo, que fue él mismo quien denunció a Veneno porque no le había dado "ni un peso".

Eso le llevó, según sus propias declaraciones, a acusarla de quemar su propio piso tras asegurarlo a todo riesgo para quedarse con el dinero del seguro. "Lo tenía todo planeado. Hizo arder el sofá con acetona y el incendio no pasó de la entrada, no tocó ni la habitación, ni la cocina, ni nada. Después, Veneno salió al balcón gritando, y llegaron enseguida los bomberos", contó. 

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Entonces, describió el momento en el que la denunció. "Me fui al seguro y les dije que el piso de su clienta, Cristina Ortiz Rodríguez, no se quemó por un cortocircuito, sino que ella lo hizo a propósito. Ni más, ni menos", recordó, tranquilo. Este incidente terminó con la detención de Veneno en 2003 y con una condena a tres años de cárcel.

El italiano, que conoció a Cristina en 1996, también habló de las otras acusaciones de la vedette, cuatro años después de su muerte, negando el haber metido a su perro en el microondas. Sin embargo, sí reconoció haberla maltratado en una ocasión, en Gran Canaria, por "meterle mano" a un guardia de seguridad delante de él y de otras personas.