Para algunos es chulería, para otros es seguridad. Está claro que el éxito de un cocinero como Dabiz Muñoz va estrechamente unido a la confianza en uno mismo. Es más, a la convicción de creerte tu propio personaje. 

Su manera de explicar los platos representa la contundencia de la verdad absoluta. Aunque en la cocina no exista tal cosa. Menos aún en el instante en el que se abre un debate que siempre despierta la controversia más excitada: ¿tortilla de patata con cebolla o tortilla de patata sin cebolla?

Dabiz Muñoz no da opción a la tertulia sobre esta pregunta recurrente, que sirve para romper mucho el hielo en citas a ciegas y comidas de trabajo: "La tortilla española no lleva cebolla, luego está la tortilla española con cebolla, que es otra cosa", sentencia. El chef ha verbalizado su sencillo veredicto en multitud de ocasiones. Pero, esta vez, la polémica se ha expandido rápido por las redes sociales porque ha sido soltada en un vídeo en el que degustaba una tortilla desparramadamente cruda. Había hasta dos cucharas en el plato, en modo "cómeme como un puré que es lo que soy".

Estos huevos sin tiempo para conocer a la sartén han generado un debate que el propio Muñoz ha zanjado con una de sus simpáticas bravatadas que van vinculadas a su competitivo triunfo profesional: "Algún día descubriréis la increíble, estratosférica, única e inigualable tortilla de Betanzos, una maravillosa y deliciosa receta con más de 100 años de historia,  la cual por cierto no he inventado yo, que os veo confundiditos", tuitea.

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Cierra el debate llamando 'confundiditos' a los que no están dispuestos a remojar en esa fuente. Aunque el retintín de la respuesta es pobre, pues 100 años de historia no rebaten la preocupación social sobre lo salubre de ese revuelto de huevos crudos. Qué cada uno moje pan donde quiera y que celebremos la tortilla de patatas en sus múltiples versiones. De Betanzos o encebollada. No obstante, en realidad, el vídeo se ha viralizado por la curiosa contradicción de Muñoz alzándose en quisquilloso de que la tortilla de patatas es sin cebolla, mientras degusta una tortilla deconstruida que abre otro debate: "tortilla, ¿cuajada o cruda?". Lo que nos demuestra que la tortilla nos hace la boca agua porque es la antítesis de purismos. Al contrario, representa a la cocina que crece en la experimentación que gusta hasta cuando está sin acabar de cocinar.