Así era 'Uno para todas', el concurso en el que 200 mujeres elegían al hombre del verano y que sería impensable en la actualidad

Goyo González conducía este espacio de Antena 3 en el que 200 mujeres en plató debían elegir al chico del verano. En cada programa 12 hombres intentaban alzarse con la victoria superando diferentes pruebas para convencerlas.
Goyo González y uno de los concursantes en 'Uno para todas'.
ATRESMEDIA
Goyo González conducía este espacio de Antena 3 en el que 200 mujeres en plató debían elegir al chico del verano. En cada programa 12 hombres intentaban alzarse con la victoria superando diferentes pruebas para convencerlas.

Emitido en Telecinco entre el 19 de abril de 1995 y el 12 de septiembre de 1996 y conducido por Goyo González, Uno para todas era un concurso de televisión de casi tres horas de duración en el que 200 mujeres debían elegir al chico del verano.

Desde el plató, 12 hombres intentaban conseguir ser los elegidos por el público femenino y, para ello, debían superar una serie de pruebas para convencer a las mujeres de que eran merecedores del título. Así, mediante un mando, estas seleccionaban quién era su favorito en cada prueba.

Cómo funcionaba el concurso

El concurso contaba con cinco rondas. En la primera, los candidatos se dirigían a las mujeres y se presentaban y, tras esto, dos eran eliminados. En la segunda, con dos grupos de cinco, los hombres contaban con un minuto para demostrar una habilidad que los caracterizase y los diferenciara del resto. De cada grupo, tres pasaban a la siguiente fase, mientras que los dos restantes (cuatro en total) caían al agua y eran descartados.

En la tercera fase, los aspirantes debían bailar una canción con una de las azafatas durante un minuto y los dos menos votados eran eliminados. El resto, pasaba a la cuarta ronda, en la que había dos pruebas: en la primera, los concursantes debían declararse a la presidenta del jurado mediante la interpretación de escenas de la literatura clásica; en la segunda, debían cantar una canción en un karaoke. Uno de los candidatos era descartado y tres pasaban a la quinta y última ronda.

En la final había tres pruebas: en la primera, los candidatos debían conseguir una cita con una de las azafatas del concurso; en la segunda, debían hacer un estriptis hasta quedarse en ropa interior y, en la tercera, ya desnudos, debían imitar a un culturista. Tras esto, se votaba y se elegía a un ganador, empujando al agua a los otros dos.

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