Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) siguen siendo una de las mayores preocupaciones de los padres de adolescentes. En España, más del 4% de los jóvenes entre 12 y 21 años padece alguno y además es una de las patologías psiquiátricas con mayor nivel de mortalidad directa.
Pero, ¿qué se entiende exactamente por TCA? Se engloban bajo este nombre a aquellos problemas que afectan a la alimentación, los hábitos alimenticios y la percepción del propio cuerpo de algunas personas siendo los tipos más frecuentes la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa, el trastorno por atracón y el trastorno por restricción de la ingesta.
Los expertos insisten en la importancia de la prevención, la detección temprana y los tratamientos efectivos como las mejores herramientas para erradicar este tipo de trastornos, que pueden tener consecuencias poco deseables en la salud física y mental de quienes los padecen: “A nivel físico, pueden causar complicaciones somáticas como problemas cardiovasculares, gastrointestinales, deterioro del sistema inmune, disfunciones cognitivas, disminución del volumen cerebral, o complicaciones músculo-esqueléticas, entre otros. Mientras que emocionalmente se relacionan con la afectación del autoconcepto, la autoestima y trastornos psiquiátricos”, explica la experta Cristina Argüeso, psicóloga sanitaria y subdirectora del Hospital de Día Retiro Recurra Ginso.
La especialista advierte también de la necesidad de echar por tierra algunos mitos relacionados con los TCA con el objetivo de ayudar a padres y educadores a prevenirlos y detectarlos a tiempo:
Siempre que alguien sufre un TCA, debe estar muy delgado
En muchos casos la apariencia física de la persona que sufre un TCA está dentro de unos baremos de peso normal. “Creer erróneamente que todo el mundo que sufre un TCA es delgado puede dificultar la detección de este”, señala Argüeso.
Alguien que sufre un TCA lo tiene porque lo ha buscado
La psicóloga explica que los TCA son trastornos mentales que nadie elige sufrir. “Esta enfermedad provoca un intenso sufrimiento tanto a la persona afectada como a su entorno familiar, y siempre tienen un origen multicausal de tipo individual, familiar o social”.
Los TCA son cosa sólo de chicas jóvenes
Los TCA no son exclusivos de chicas jóvenes, ya que afectan a ambos sexos y se diagnostican en personas de todas las edades. “La adolescencia es la etapa de mayor riesgo, pero los casos en edades tempranas también son cada vez más frecuentes”.
Los atracones propios de la bulimia y el trastorno por atracón son un problema de fuerza de voluntad
La bulimia y el trastorno por atracón son patologías mentales que se definen por la incapacidad de la persona afectada para gestionar y controlar su ingesta, algo que “supera los límites de la voluntad individual”, dice la especialista.
El abuso de laxantes ayuda en la pérdida de peso
Los laxantes son medicamentos que producen un aumento del ritmo intestinal y un mayor número de deposiciones. Su abuso provoca una pérdida rápida de agua y minerales, pero no se pierden los nutrientes, por lo que no tiene ningún efecto en la pérdida de peso.
Principales riesgos en la adolescencia
La psicóloga Argüeso destaca que durante la adolescencia existen diversos riesgos que aumentan la probabilidad de desarrollar algún TCA. Entre ellos, factores bipolares como la impulsividad-compulsividad, la búsqueda de sensaciones, anhedonia (incapacidad para experimentar placer, la pérdida de interés o satisfacción en casi todas las actividades de la vida), la depresión de tipo anaclítico, la depresión de introyección o la alexitimia (incapacidad de identificar y/o describir las emociones o los sentimientos propios).
Por supuesto, las redes sociales también tienen un gran impacto en la percepción del propio cuerpo y la alimentación de los adolescentes: “La práctica de exaltar el aspecto físico genera una considerable presión, fomentando obsesiones y, en muchos casos, una búsqueda desenfrenada del estereotipo deseado mediante prácticas agresivas como intervenciones quirúrgicas, ejercicio extenuante o restricción alimentaria. A menudo, estos comportamientos se minimizan como prácticas aparentemente simples de seguir y adecuadas para todos, pero su dificultad o incumplimiento se convierte en un desafío significativo para quienes se comprometen con estas conductas”, enfatiza la psicóloga.
Señales de alerta
Aquellas a las que deberían permanecer atentos los padres y el entorno más cercano serían:
- el miedo o rechazo a un peso normal
- el uso excesivo de la báscula
- conductas peculiares relacionadas con la alimentación
- cambios abruptos en el peso
- comentarios despectivos sobre el propio cuerpo
- aumento significativo del tiempo dedicado a las redes sociales con contenido vinculado al fitness y las dietas
Además, los profesores también pueden alertar sobre indicadores que suelen estar relacionados con TCA:
- visitas frecuentes al baño
- cambios en el rendimiento académico
- alteraciones en el estado de ánimo
- aislamiento social
- aumento repentino de la actividad física con el propósito de bajar de peso
La experta concluye con un mensaje esperanzador. Con una intervención precoz y el tratamiento adecuado más del 50% de las personas con TCA lo supera, un 30% presenta mejoría parcial y un 20% presenta síntomas crónicos.
“Es importante recordar que los TCA tienen cura y que aquellos que enfrentan estos trastornos pueden buscar ayuda terapéutica para iniciar un tratamiento efectivo. En este camino hacia la recuperación, es fundamental brindar apoyo sin juzgar ni culpabilizar, comprendiendo que los TCA no son una elección, sino una enfermedad”, resume Argüeso.
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