Sensores de glucosa: los motivos por los que no debes utilizarlos si no tienes diabetes

Cada vez son más los casos de famosos que se dejan ver utilizando los sensores de glucosa sin ser diabéticos, una práctica que podría llegar a convertirse en una obsesión por la salud y la alimentación, además de esconder otros elementos que hacen su uso poco recomendable en personas sanas. 

La pre-diabetes se manifiesta con una glucemia por encima de 100 en ayunas
Glucómetro tradicional. 
iStockphoto
La pre-diabetes se manifiesta con una glucemia por encima de 100 en ayunas

La tendencia ascendente de los casos de diabetes se ha convertido en toda una preocupación a nivel global. En España, según la Sociedad Española de Diabetes (SED), hay unos 5,1 millones de adultos que viven con diabetes, aunque casi un tercio de las personas que la padecen no están diagnosticadas. Quienes sí lo están, son muy conscientes de la importancia de medir sus niveles de glucosa, algo que resulta mucho más sencillo gracias a los sensores de glucosa.

Estos dispositivos, cuya función es proteger la salud de las personas, han encontrado una nueva función, pues cada vez es más frecuente verlos en personas no diabéticas, que los emplean para estudiar cómo la alimentación afecta a sus niveles de glucosa y de este modo establecer para ellos la dieta que consideran más adecuada para ganar salud o para perder peso. Este nuevo uso, si bien es defendido por muchos, también es observado con escepticismo por muchos otros.

Sensores de glucosa, qué son y cómo funcionan

Lila Moss con su sensor de glucosa
Lila Moss con su sensor de glucosa
Fendace

Los sensores de glucosa o medidores continuos de glucosa (MCG) permiten, como su nombre indica, medir los niveles de glucosa de manera constante, lo que facilita la toma de decisiones en personas diabéticas, que pueden saber a tiempo real sus niveles de glucosa, que se miden cada pocos minutos. Esto optimiza la insulinización y mejora el cuidado y calidad de vida del paciente con diabetes que, de otra manera, tendría que pincharse los dedos varias veces al día para medir el azúcar en sangre.

Este tipo de dispositivos no solo facilitan la autogestión por parte del paciente, también aporta al profesional datos más concretos sobre los que trabajar. Se encarga de medir la glucosa en los tejidos, en lugar de la glucosa en sangre, que no necesariamente tienen el mismo valor, pues cada uno mide una cosa distinta.

El MCG necesita ser pinchado bajo la piel y está compuesto por un sensor que contiene un filamento flexible que se inserta debajo de la piel y que es necesario cambian de manera habitual, cada 7 o 14 días, en función del modelo. Lo acompaña un transmisor, que envía las mediciones a un dispositivo receptor, que en ocasiones puede ser nuestro dispositivo móvil.

Estos dispositivos suponen un gran avance para las personas con diabetes, porque además de aportar una lectura continua de los niveles de glucosa, también informa de las tendencias, tanto hacia arriba como hacia abajo. Además, cuenta con un sistema de alertas que avisa cuando el nivel de glucosa se acerca a un límite, lo que permite, por ejemplo, evitar la hiperglucemia nocturna. De momento no permite eliminar por completo los controles de glucemia capilar o en sangre, pero sí reducirlos considerablemente.

Por qué no deberías usarlos si no tienes diabetes

Monitoreo de glucosa en sangre.
Monitoreo de glucosa en sangre.
Artem Podrez

Emplearlos para medir los niveles de glucosa cuando no se tiene diabetes se ha convertido en una tendencia al alza, a la que se van sumando rostros conocidos, como el de Luis Enrique, Chris Hemsworth o Gwyneth Paltrow, pero también influencers como Jessie Inchauspé, matemática y bioquímica francesa reconvertida en gurú de la glucosa, que incluso ha escrito un libro con trucos para evitar los picos de glucosa.

Este tipo de dispositivos nos aporta información sobre cómo una determinada alimentación afecta al cuerpo, pero sin los conocimientos adecuados, de poco puede servirnos, por lo que se corre el riesgo de convertir el uso de estos dispositivos (que no está financiado para personas sin diabetes y que tiene un coste de unos 1400 euros al año) en una obsesión, generando ansiedad con la salud.

Este dispositivo ha sido creado y estudio en personas con diabetes, por lo que su uso y efectividad en personas sanas todavía está por ver. “Para la mayoría de personas supone gastar esfuerzo en algo que va a dar un beneficio mínimo”, explica el endocrinólogo Antonio Mas para El Español. Su uso podría ser una manera de buscar soluciones rápidas o ‘milagrosas’ en lugar de centrarnos en otras que sabemos efectivas, como el ejercicio físico.

Además, su uso generalizado podía hacer que los precios aumenten, dejando de ser accesible para personas que realmente lo necesitan, algo que ya se ha visto antes, por ejemplo, con el ozempic.

Referencias

National Library of Medicine. (s. f.-b). Diabetes. https://medlineplus.gov/spanish/diabetes.html

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