El exceso de azúcar en sangre y la prediabetes es un problema muy extendido en España, que en una gran parte de los casos evoluciona deprisa porque no sabemos el daño que puede estar haciendo en nuestro organismo.
'Tener azúcar' no es algo que debamos ignorar, puesto que al no tratarse de una enfermedad dolorosa, ni que muestre síntomas muy visibles a priori, puede parecernos poco importante. Cuando la evolución de la enfermedad nos ha llevado a la diabetes, entonces, la solución es mucho más pesada y difícil de alcanzar.
Ante la sospecha, aparte de consultar con nuestro médico, por supuesto, y mantener los valores de azúcar en sangre bajo control con las analíticas periódicas, hay que actuar convenientemente. Y si lo hacemos antes, aún mejor, para prevenir.
20minutos ha entrevistado a una enfermera diabetóloga del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínico de Valladolid, María de la O Nieto, para que nos explique cuáles son los 5 hábitos cotidianos que pueden empeorar el pronóstico, y que deberíamos evitar.
1. Una plan de alimentación desequilibrado
La experta en diabetes comienza por explicarnos la importancia vital de la alimentación, para controlar el azúcar en sangre y mantenerlo en niveles aceptables y saludables.
"Debemos mentalizarnos y llevar una alimentación sana y variada. Conocer bien cuáles son los alimentos que contienen más hidratos de carbono, si son de absorción lenta o rápida, qué cantidad ingerir… es el primer paso para evitar los temidos picos de glucemia".
Este primer consejo no significa que no debamos tomar hidratos de carbono, puesto que forman parte de una dieta equilibrada y son necesarios. "Sin embargo, deberíamos consumir en mayor medida los de absorción lenta, aquéllos que contienen moléculas más largas de azúcares y cuya entrada en la sangre tiene lugar de una manera progresiva y prolongada en el tiempo".
Carbohidratos de absorción lenta son la mayoría de las verduras, las legumbres, y los frutos secos. Una buena idea a la hora de comer hidratos es que éstos sean integrales, puesto que al contener dosis extra de fibra, entran más lentamente en la sangre y se gestionan mejor los picos de glucemia.
2. Consumir mucha fruta, y abusar de los zumos
Todos sabemos que el consumo de fruta está recomendado en cualquier dieta variada y saludable. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la fruta contiene bastante azúcar (aunque sean azúcares naturales) y, si la consumimos demasiado a menudo, vamos a elevar los niveles de azúcar en sangre mientras pensamos que estamos comiendo correctamente.
Peor aún es consumir esas frutas en zumo. Aunque se trate de licuados naturales, al eliminar su parte de fibra (por ejemplo, en el zumo de la naranja desaparece la 'carne', y por ello la fibra), estaremos tomando una bomba de azúcar que entra en la sangre a toda velocidad. Mal hábito.
3. Abusar de los productos con etiqueta: 'sin azúcar'
"Hoy en día existen innumerables alimentos procesados que contienen en su etiqueta la coletilla 'sin azúcares añadidos'. Mucho cuidado, porque esta coletilla puede llevar a confusión".
No decimos que no sea cierto que no contiene azúcar como tal, pero en sustitución de él incorporan una serie de productos que elevan los niveles de azúcar igual o más que el propio azúcar, como por ejemplo sucede con la fructosa o las harinas refinadas.
Por poner un ejemplo con el que entender este apartado, las galletas que incorporan en su etiqueta el mensaje 'sin azúcar', puede que no contengan azúcar blanco refinado. Sin embargo, están elaboradas a base de harina, y la harina son hidratos de carbono que condicionan nuestros picos glucémicos.
4. Llevar una vida sedentaria
No practicar ejercicio físico de manera rutinaria, trabajar sentados todo el tiempo, no caminar ni llevar a cabo una vida activa favorece de manera implacable el aumento de los niveles de glucosa.
Es importante practicar deporte de manera regular, pero también lo es tener en cuenta que determinados ejercicios de fuerza, de alta intensidad y corta duración, pueden provocar glucemias más elevadas de lo normal.
Eso sí, en teoría, bajarán de manera rápida en cuanto finalice el esfuerzo. Por tanto, los ejercicios deben estar pautados y ser indicados para mantener a raya la diabetes.
5. No tomar agua en abundancia
La falta de líquido en el cuerpo "puede producir una concentración anormal de glucosa en sangre que, al aumentar, también sube la glucemia. Por ello, es importante mantenerse hidratados durante el día. En el caso de las personas con diabetes, por ejemplo, se recomienda tomar de 2 a 3 litros al día", comenta la diabetóloga.
Es importante tener en cuenta que, "para las personas con diabetes, además de cuidar la alimentación y seguir las pautas recomendadas para el control de su patología, las herramientas como las mediciones de glucosa capilar, y los sistemas de monitorización flash de glucosa o continua son una ayuda importante. Gracias a ellos, podemos conocer de forma veraz minuto a minuto la cantidad de glucosa en sangre para 'corregirla'".
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