Alopecia difusa: la caída reversible del pelo que afecta por igual a hombres y mujeres

La alopecia difusa comienza a aparecer generalmente entre los 30 y 50 años.
La alopecia difusa comienza a aparecer generalmente entre los 30 y 50 años.
CORTESÍA HOSPITAL CAPILAR.
La alopecia difusa comienza a aparecer generalmente entre los 30 y 50 años.

La alopecia, según indican los expertos capilares, se puede clasificar en diversas formas y teniendo en cuenta el patrón de distribución se suele dividir en alopecia androgénica y alopecia difusa. ¿En qué se diferencian? “La alopecia androgénica supone una caída progresiva de las unidades foliculares desde la zona frontal hasta la coronilla, mientras que la difusa se encuentra relacionada con algún tipo de enfermedad, trastorno o carencia en el organismo, por causas de tipo endocrino, ingesta de medicamentos o bien por desequilibrios nutricionales”, explica el doctor Antonio Leone, de la clínica Hospital Capilar.

Esta alopecia difusa comienza a aparecer generalmente entre los 30 y 50 años y es una clase de pérdida de pelo en la que se produce una miniaturización progresiva del folículo piloso, haciendo que el mismo vaya perdiendo densidad y volumen y, por tanto, se vuelva más frágil, débil, seco y se caiga con mayor facilidad, llegando a perderse más de 100 al día; como explican los especialistas.

Está demostrado que la alopecia difusa se encuentra relacionada con determinadas afecciones como el estrés, las enfermedades intestinales u hepáticas, el trastorno de tiroides o las alteraciones renales, trastornos alimentarios y dietas extremas que carecen de nutrientes esenciales con falta de vitaminas, sales minerales y proteínas o niveles bajos de zinc o hierro, así como la toma de anticoagulantes o tratamientos médicos como la quimioterapia o radioterapia.

Además, también afectan cambios hormonales que se producen durante el embarazo, tras el parto o en la menopausia; el periodo en el que se producen más diagnósticos de alopecia difusa entre las mujeres.

Una alopecia diferente

Pero la principal característica que diferencia esta alopecia de las demás es el proceso de caída del cabello. Debido a la gran velocidad en la que éste se pierde se produce una pérdida generalizada que deja a la vista el cuero cabelludo, aunque no muestra ningún signo de irritación, descamación o inflamación.

Afortunadamente, como explica el doctor Leone, en la mayoría de los casos se trata de una caída reversible y puntual “en la que el pelo vuelve a crecer una vez que se detecta el origen del problema y se soluciona”.

El experto recalca también que la caída difusa suele estar motivada, en muchos casos, “por efluvios anágenos o telógenos o alopecia androgénica femenina, aunque en ocasiones pueden llegar a solaparse ambos motivos”. La alopecia androgénica, que se estima que afecta a un 20% de las mujeres a los 50 años y cerca del 42% tras los 60, se trata de una pérdida de densidad de años de evolución que suele empezar por un ensanchamiento de la raya del pelo, afectando a la línea de implantación y entradas.

“Los efluvios, por otro lado, son una caída de cabello de tipo no cicatricial, mayor a la caída fisiológica diaria que rodea los 100 o 150 pelos, y se diferencia de la alopecia androgénica en el tiempo en el que se tarda en percibir la disminución de la densidad, al tratarse de un proceso más repentino, en la que el pelo pasa de manera más rápida de la fase de crecimiento a la de caída”.

En los casos de efluvio es prioritario tratar el desencadenante, que puede ser farmacológico o originarse por alteraciones tiroideas o del hierro, explicando al paciente la historia natural de dicho efluvio con el fin de ofrecer mayor apoyo en cuanto a cuidados del pelo e, incluso, psicológico: “ya que, en ocasiones, la salud capilar afecta en el estado anímico de la persona, generándole problemas de ansiedad y autoestima”, subraya el especialista de Hospital Capilar.

La importancia del diagnóstico precoz

Los expertos señalan que un diagnóstico precoz es fundamental a la hora de abordar el tratamiento de la alopecia difusa ya que “evita que esta pérdida se agrave”.

Una vez identificado el origen del problema, los expertos recomiendan optar por tratamientos encaminados a frenar su evolución, como el uso de Minoxidil o el Plasma Rico en Plaquetas (PRP), así como suplementos orales encaminados a reintroducir déficits vitamínicos.

En cuanto a la prevención, se aconseja reducir aspectos nocivos de la vida diaria como el estrés y mejorar los hábitos alimenticios, optando por alimentos ricos en hierro, ya que se estima que dos de cada tres mujeres con caída de cabello difusa tienen deficiencia de hierro.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento