La primavera, el deseo sexual altera: una experta nos explica la razón

Está demostrado que con la llegada del buen tiempo, la líbido recupera su lugar, gracias entre otras cosas a una mayor exposición al sol y a factores hormonales incontrolables (afortunadamente). 
La primavera es una época especialmente 'excitante'.
La primavera es una época especialmente 'excitante'.
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La primavera es una época especialmente 'excitante'.

Según datos que arroja una reciente encuesta de la app de citas Adopte, casi la mitad de las personas en España se ponen de acuerdo en que la llegada de la primavera es sinónimo del aumento de la líbido. Una mayor exposición al sol genera mayores niveles de vitamina D, más serotonina (la hormona de la felicidad), testosterona en los hombres y excitación y lubricación en las mujeres.

A los datos más científicos tenemos que sumar más tiempo libre, menos estrés y mayor predisposición sexual provocada por una cuestión hormonal que afecta directamente a nuestro estado de ánimo. Se trata, pues, de un bucle en el que todos los factores se retroalimentan.

Que la primavera, el deseo sexual altera, es un hecho constatable, que vamos a 'desnudar' con ayuda de Mara Mariño, terapeuta de pareja y sexología de bienquererse.com.

Los efectos 'excitantes' del sol

Según comienza explicando la sexóloga, cuando hablamos de excitación nos referimos a los cambios fisiológicos del cuerpo como son la vasodilatación de las zonas erógenas, pero también al aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria. Ambas, a su vez, contribuyen a la circulación sanguínea e irrigación de los genitales, mecanismos que se ven beneficiados por las hormonas que segregamos.

Los amores de verano, a menudo, se idealizan.
La exposición al sol y a la vitamina D desencadena la producción de serotonina, hormona de la felicidad y el deseo.
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La principal diferencia en primavera respecto al invierno es que hay hormonas, como la serotonina o la testosterona, cuya cantidad aumenta por el efecto del sol. Ya que en esta época del año hay más horas de luz al día y estamos más expuestos a los rayos del sol, producimos más vitamina D, que ayuda a que tengamos los niveles de serotonina más altos y aumente la testosterona en los hombres y en mujeres.

Más allá de este cóctel hormonal, la subida de temperaturas por el cambio de estación nos permite hacer más planes al aire libre y socializar en mayor medida, lo que también influye en nuestro estado de ánimo (¡y conocemos más gente!). La conclusión es que cuando nos sentimos bien, tenemos más predisposición para conectar con otras personas, emocional e íntimamente.

Fundamento científico del dicho 'la primavera, la sangre altera'

Como al resto de animales, nuestro medio nos condiciona, así que tiene sentido que después del invierno, una etapa de ‘hibernación’ (aunque no lleguemos a mantener un letargo como tal), entremos a la nueva estación con las energías renovadas. La responsable de esa sensación de descanso y ganas es el aumento de horas de luz, principal responsable de este famoso dicho.

Amor romántico de una pareja joven e íntima en el dormitorio
Al haber más horas de luz, hay ciertas hormonas que se disparan en primavera
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Y es que al haber más luz se activan las hormonas que están relacionadas con la felicidad, lo que explica esa mejoría en el estado anímico. Al haber más horas de luz, hay menos secreción de melatonina (la hormona que regula los ciclos de sueño), y se activa la segregación de las hormonas oxitocina, dopamina y serotonina.

La oxitocina, conocida como ‘hormona del amor’, nos conecta con los demás, ya que favorece la creación de vínculos. Por eso consideramos esta etapa del año como la más activa para enamorarse. La dopamina es la hormona del placer y motivación, promueve la sexualidad, el deseo y la seducción, ya que está relacionada con el sistema de recompensas, así que queremos repetir lo que nos proporciona bienestar y seguir en ese juego de conquistar a quien nos gusta.

Por último, la serotonina (hormona de la felicidad), es la responsable de la sensación de relajación y satisfacción, lo que nos ayuda a mantener el buen humor. Así que, con esta situación emocional nos sentimos con más ganas de hacer cosas y relacionarnos, por lo que la líbido aumenta como respuesta a esa euforia primaveral.

¿Esta euforia afecta por igual a todos en primavera?

La experta, en este particular, nos explica que hay personas que pueden no sentir tantos cambios en su deseo sexual con el paso a la nueva estación y, por el contrario, sentir cansancio, somnolencia, ansiedad, falta de energía o incluso disminución de la líbido.

La alergia puede provocar estornudos, entre otros síntomas.
Las personas alérgicas pueden experimentar cierta apatía en primavera, alejada del aumento de la líbido.
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En estos casos se dan cita un conjunto de síntomas que se deben a la astenia primaveral, a esa fase de transición de una estación a otra por el periodo de adaptación. Es más frecuente que le pase a las personas mayores, a quienes padezcan una enfermedad crónica o alguna otra situación médica que incida en su salud.

El tiempo de adaptación varía mucho de una persona a otra, pero en un par de semanas suele terminar y dar paso al característico torrente emocional del buen tiempo.

Mención aparte merece un grupo de población concreto, y es que la primavera no es la etapa más sexual para algunas personas alérgicas. Quienes tienen síntomas como picor de ojos o garganta, estornudos o desgana en general, pueden notar menor líbido en esta etapa del año, en vez de un ‘subidón’ de deseo.

Síntomas del subidón de la líbido

Sabremos que la primavera nos está 'alterando la sangre' cuando sintamos mayor energía y vitalidad, más deseo y disposición para conectar íntimamente.

Al ser la época del año en la que le decimos adiós a los abrigos podemos experimentar mayor sensación de atracción, lo que se traduce en mayor excitación ante estímulos sexuales o mayor frecuencia de fantasías. Todo esto puede derivar en un aumento de la actividad sexual bien en compañía o de disfrute en solitario. En definitiva: mayor interés en el sexo.

Si no me expongo al sol, ¿tendré también esa excitación extra?

Aunque no estemos expuestos al sol, como la cantidad de horas al día es mayor que en los meses de invierno, el cuerpo se adapta también a estos cambios con el nuevo balance de hormonas de bienestar.

Andar reduce entre un 40% y un 53% el riesgo de mortalidad.
Caminar durante 15 minutos al sol nos garantiza la absorción de vitamina D.
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La experta insiste en que, para disfrutar de todas las ventajas que produce en nuestro cuerpo la absorción de la vitamina D, necesitamos esa exposición directa. En este sentido, podemos asegurarnos nuestra cita con el sol dedicando algunos días a la semana a dar un paseo de 15 minutos (si es en compañía de nuestra pareja, mucho mejor para que el beneficio sea doble).

Las claves y los datos más llamativos del estudio Adopte

Los resultados del estudio entre usuarios de la app de citas Adopte constataron los cambios hormonales de los que hablamos, estudiados y validados también por la ciencia, ya que el 73% contestó que realizaba más planes en pareja y con amigos.

Un grupo de amigos disfrutan de un brunch.
La llegada del buen tiempo nos invita también a socializar más.
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Esas ganas de socializar son la prueba de que la primavera altera nuestra forma de relacionarnos con otras personas. La actividad social e interacción personal aumentan, reafirmando ese mayor interés en compartir experiencias sociales y disfrutar del tiempo al aire libre.

El 44% de los encuestados contestaron que, con la llegada de la primavera, la líbido aumentaba. Así que este hallazgo supone que la temporada tiene un impacto significativo en la sexualidad y el deseo sexual de las personas porque en general los cambios estacionales influyen en la función hormonal y el estado de ánimo.

La sexóloga Mara Mariño, sin embargo, insiste en que el hecho de que la encuesta de Adopte arroje estos resultados, no significa que todas las personas experimenten los mismos efectos con la llegada de la primavera. El deseo puede variar según otros factores personales. Lo importante es prestar atención a la propia sexualidad y buscar ayuda profesional si se experimentan cambios en la líbido que causen malestar o preocupación.

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