Aunque este verano fueron las carabelas portuguesas las que acapararon todo el protagonismo, puesto que son unas de las especies más peligrosas que se pueden encontrar en las playas de España, los insectos habituales también han dado mucho que hablar. Como todos los años, los mosquitos ocasionaron afecciones con sus picaduras, mientras que las garrapatas volvieron a extenderse de forma masiva debido a las altas temperaturas y a la escasez de agua.
Y estas últimas han sido, precisamente, las protagonistas de una noticia que ha dejado sorprendidos a miles de usuarios: la picadura de las garrapatas puede impedirte comer carne roja o productos derivados de mamíferos. Parece una broma, pero hay una explicación científica detrás. La mordedura de este parásito puede ser el punto de partida para sufrir un trastorno poco conocido, el síndrome de alfa-Gal, que provoca una intolerancia a la carne roja. En su picadura, los artrópodos inoculan con su saliva un compuesto que los humanos no sintetizan, por lo que el sistema inmune ofrece una respuesta en su contra.
Qué es el síndrome de alfa-Gal
Este trastorno no se produce por consumir carne en exceso, sino que se desencadena por la picadura de la garrapata, en concreto, de la conocida como estrella solitaria que, para nuestra tranquilidad, se localiza principalmente en las regiones sudeste y este de EE. UU. Asimismo, es más frecuente en hombre que en mujeres y, sobre todo, en las zonas rurales en las que se convive con animales que pueden ser portadores de estos insectos.
La mordedura de la garrapata, que también puede transmitir otras enfermedades como la de Lyme que sufre el presentador Jorge Fernández, inocula al cuerpo una molécula de azúcar, la que da nombre al síndrome, que desencadena esta reacción en el sistema inmunitario. Eso sí, si te pica una garrapata no tiene por qué inocularte este síndrome.
Las principales afecciones de este trastorno son reacciones alérgicas incluso de grado grave a la carne roja (carne de res, cerco o cordero) o a las vísceras, pero también a otros alimentos derivados de mamíferos, como lácteos o gelatinas, tal y como confirman en Mayo Clinic, aunque no ocurre con otras carnes como la de ave (pavo o pollo). También es probable que haya personas contagiadas por la mordedura que padezcan este síndrome sin saberlo: si aparecen reacciones anafilácticas sin motivo aparente, podríamos estar ante un caso de síndrome de alfa-Gal.
Cómo saber si tengo alfa-Gal
En comparación con otras alergias alimentarias, la reacción a alfa-Gal suele tardar más en aparecer, en concreto, entre 3 y 6 horas después de haber comido este tipo de carne, debido a que las moléculas de la afección tardan más que otros alérgenos en pasar a circular por la sangre. De hecho, este retraso hace más difícil identificar el síndrome, ya que es difícil conectar el haber comido un bistec al mediodía y que aparezca dolores a la hora de cenar.
Desde Clinic Mayo detallan que los síntomas más frecuentes aparecen en forma de urticaria o picazón en la piel, hinchazón en los labios, el rostro, la lengua u otras partes del cuerpo; falta de aire e, incluso, dolor de estómago, diarrea y vómitos. El tratamiento para quienes sufren esta afección es claro: evitar la carne roja y los productos derivados que puedan ser perjudiciales. Si se produce reacción, deben ser los médicos los que pauten el tratamiento apropiado para aliviarlo.
Asimismo, es más que recomendable tomar las medidas oportunas para evitar las picaduras de las garrapatas, como emplear repelentes en las zonas propensas a su propagación como establos o zonas boscosas y emplear pantalones y camisetas largos para estas ocasiones.
Referencias
Mayo Clinic. Síndrome de Alfa-gal - síntomas y causas. (2022, 15 noviembre). Consultado online en https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/alpha-gal-syndrome/symptoms-causes/syc-20428608 el 27 de septiembre de 2023.
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