La descomposición del equipo que ¿dirige? Santiago Solari es más que evidente. Vergonzosamente palmario. Además de no saber (o eso aparentan los jugadores) el valor del escudo de la camiseta del Real Madrid, porque de ser conscientes de para quién juegan, sangrarían por todos los poros de su piel la vergüenza de pertenecer al mejor equipo de la historia del fútbol.

Lo sucedido en los 30 primeros minutos en Valladolid demuestra que la plantilla blanca después de la semana negra es un grupo descompuesto guiados desde el banquillo por un entrenador en el que nadie confía y al que muy pocos creen cuando dicta las indicaciones. Un entrenador que sólo tuvo efecto rehabilitador a la antigua usanza antes de viajar a Melilla.

El Valladolid le creó tantas ocasiones al Real Madrid que si no hubiera existido el VAR o Alcaraz no hubiera fallado su quinto penalti, se hubieran ido al descanso perdiendo 4-1. Y, aunque no quedó en el electrónico, sí que se les grabó a los jugadores que vieron cómo los blanquivioletas les comieron lo que Solari pidió para Melilla. Allí seguramente se los debieron dejar, porque desde entonces sólo parecieron regresar por un tiempo ya que ahora están donde Zidane predijo.

Como entrenador, Zinedine Zidane dejó un sello inigualable pero como brujo/visionario no tiene precio. Se fue con la humildad que le caracteriza y sin levantar la voz, y ahora más de uno se estará tirando de los pelos por no haber sido más humilde y haberle hecho caso. Por mucho menos a Julen Lopetegui se lo cargaron mientras que a Solari le mantienen incluso devaluando activos de la plantilla y dejando al equipo sin opciones y jugando a nada de nada. Pero allá cada cual.

Si los socios del Real Madrid, que son los verdaderos dueños del club, siguen adormilados mirando hacia otro lado ante los desmanes de sus jugadores y siguen aplaudiendo o silenciando los errores de quienes dirigen al club de las cuatro Champions en cinco años, una más que el Barça en 10 temporadas pero 7 ligas y 7 Copas menos que los azulgrana, será porque están obnubilados ante la imagen del anestesista que les enamora cual predicador o evangelizador.

Finalmente ganó al Valladolid y si esos tres puntos les sirven a la afición del Real Madrid para no ver el bosque en el que se encuentra su equipo, que la felicidad les inunde y que la disfruten porque no todos los equipos pueden presumir de tener 13 Copas de Europa y las que están por llegar.