IRENE LOZANO. ESCRITORA
OPINIÓN

Carta a Mª Dolores de Cospedal

Periodista, escritora y política.
Periodista, escritora y política.
JORGE PARÍS
Periodista, escritora y política.

Me gusta dirigirme a ti por carta, querida María Dolores de Cospedal, como solían hacer los soldados destacados en el frente de guerra. Se tomaban un descanso en el matar para escribir a su novia sobre el amar. No sé cuántos de los 62 militares españoles que fallecieron en el accidente del Yak-42 les habían dicho por teléfono a sus madres o sus mujeres el día antes: "Ya mismo estoy de vuelta en España". Eran todos varones, de entre 19 y 52 años, de soldado a teniente coronel. Terminaban su misión en Afganistán a salvo, que no es poca cosa. Cuando visité la base de Herat, me bastaron unas horas allí para sentir la ansiedad de vivir rodeado de hostilidad en todas sus formas. Desde la huella de un proyectil en un tejado hasta el perfil pedregoso del desierto, todo martilleaba la vida y la salud mental 24 horas al día. Estaban preparando el repliegue y apenas salían de la base, pero si lo hacían no se alejaban más de una hora de distancia, que era lo necesario para regresar –si había un herido crítico– a tiempo de intentar salvarle la vida.

Haber sobrevivido a los talibanes y morir en un accidente de avión porque un negligente en el Ministerio valoró más unos miles de euros que la vida de 62 militares es un error peor que un crimen. Repatriar los cuerpos a toda prisa, para que el caso desapareciera rápido de los medios, y adjudicar los restos a las familias en una ruleta siniestra, despreciando su dolor, es un crimen peor que un error. Que 14 años después el Ministerio de Defensa no hubiera reconocido ni error ni crimen constituía una indecencia política, de las que envilecen el corazón de un país.

Por eso celebro el cambio de rumbo político que has tomado y tu empatía con los familiares. Ellos han luchado todos estos años, no ya por la dignidad de los suyos, sino por la de todos nosotros. Parafraseando a Arthur Miller, todos eran nuestros hijos, pero tú los has reconocido. Que eso acarree la dimisión de Trillo, el crupier político que dijo "no va más", me hace agradecértelo doblemente y demuestra que no había pasado demasiado tiempo, pese al presidente del Gobierno. Hay quienes ya andan haciendo juicios de intenciones sobre tu motivación: que si te quieres apuntar un tanto político, que si se acerca el congreso del PP. Espuma. Nos definen nuestros actos, aunque los mejores lleguen en diferido.

Salúdame a los chicos (y a las chicas), Irene Lozano

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