GREGORIO VARELA MOREIRAS. PRESIDENTE DE LA FUNDACIÓN ESPAÑOLA DE NUTRICIÓN,CATEDRÁTICO Y ACADÉMICO DE LA REAL ACADEMIA DE GASTRONOMÍA
OPINIÓN

Abandonar el consumo de legumbres es muy negativo

GREGORIO VARELA MOREIRAS. PRESIDENTE DE LA FUNDACIÓN ESPAÑOLA DE NUTRICIÓN, CATEDRÁTICO Y ACADÉMICO DE LA REAL ACADEMIA DE GASTRONOMÍA
GREGORIO VARELA MOREIRAS. PRESIDENTE DE LA FUNDACIÓN ESPAÑOLA DE NUTRICIÓN, CATEDRÁTICO Y ACADÉMICO DE LA REAL ACADEMIA DE GASTRONOMÍA
20minutos
GREGORIO VARELA MOREIRAS. PRESIDENTE DE LA FUNDACIÓN ESPAÑOLA DE NUTRICIÓN, CATEDRÁTICO Y ACADÉMICO DE LA REAL ACADEMIA DE GASTRONOMÍA

Debemos hacer una reflexión personal y colectiva en relación con los cambios en nuestra dieta. En cuanto a la personal, estamos demasiado acostumbrados a responsabilizar de "nuestros males" a la sociedad, a los medios de comunicación, a la industria alimentaria o a la alimentación comunitaria, como comedores de empresa, de colegios e incluso los comedores de ocio. Deberíamos tener suficiente autonomía, herramientas, para elegir adecuadamente los alimentos que construyan nuestra alimentación y tener claro a qué aspiramos cuando nos sentamos en la mesa.

Igualmente importante es la reflexión colectiva de cómo se han modificado las dietas y, sobre todo, los estilos en las formas de comer. Nos encontramos con cambios muy significativos que nos están haciendo, casi, nuevos cavernícolas: llegamos a casa, nos ponemos nuestra bandeja delante de una pantalla, sin mirar lo que comemos o pararnos a pensar cómo lo hemos preparado. Y además, todo el proceso, desde la compra hasta el hecho de la propia ingesta muchas veces lo hacemos casi sin comunicarnos, es la 'nutrición silenciosa'.

En este sentido, estamos perdiendo habilidades culinarias, paradójicamente en un momento en que se publican más libros sobre gastronomía y cocina que nunca, o se televisan horas y horas sobre estos temas.  Y sabemos, además, que nutricionalmente cuando no se comparte la comida, la dieta empeora, y se es menos feliz. ¿Y cómo es nuestra alimentación hoy?

Hay fortalezas y debilidades, como en los diferentes aspectos de nuestras vidas. Aspectos positivos son el mantenimiento relativamente importante de un consumo alto de pescado, sobre todo en la población adulta; menos en la población adolescente e infantil. Otro aspecto favorable es que, en cuanto a la calidad de la grasa, la presencia de grasa monoinsaturada, gracias al aceite de oliva, sigue siendo uno de los factores de protección  frente al riesgo cardiovascular, precisamente en un entorno de ingesta elevada de grasa total. Aspectos más negativos, principalmente, son el abandono del consumo de cereales, que era un alimento básico para nuestros padres y abuelos y que en la sociedad actual ha disminuido drásticamente, y la asignatura pendiente de lo integral. Hemos abandonado de manera tremenda el consumo de legumbres. Desde el punto de vista de fuentes de proteínas, deberíamos moderar el consumo de carnes y derivados porque consumimos por encima de lo aconsejable, y también hacerlo en los azúcares añadidos, sobre todo los que son más jóvenes.

Las anteriores reflexiones nos llevan a preguntarnos si es ya historia la Dieta Mediterránea. Espero, suplico que no, y la Declaración de la Unesco como Patrimonio de la Humanidad debe ayudarnos a mantenerla. ¿Qué  podemos hacer? Sin duda, una vez más hay que recordarlo, creer y adherirnos por tanto al estilo de vida Mediterráneo.

Merece la pena, por salud, placer, convivialidad y sostenibilidad, en definitiva, el mejor puzle bien probado por muchas generaciones y la ciencia.

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