ANDRÉS ABERASTURI. PERIODISTA
OPINIÓN

Vuelven las 'performances'

Andrés Aberasturi, colaborador de 20minutos.
Andrés Aberasturi, colaborador de 20minutos.
JORGE PARÍS
Andrés Aberasturi, colaborador de 20minutos.

¿Nos acostumbraremos a que un pleno del Congreso sí y otro no se conviertan en una  ‘performance’? Las tales ‘performances’ estuvieron muy de moda allá en los 70 y eran cosas que casi nadie entendía, pero que se aplaudían con un fervor progre digno de mejor causa. Pues vuelven a estar de moda. Siento decirlo, pero no sólo el Congreso sino España toda es hoy una permanente ‘performance’ en la que nada resulta imposible: desde llamar fascista a Felipe González hasta montar el espectáculo suyo de cada día en el Congreso de los Diputados. Para entender a este país no hace falta comprar periódicos ni escuchar la radio, basta con dar de comer al pajarito de Tuiter porque es ahí donde se libran las grandes batallas; el resto, ya digo, son sólo meras puestas en escena, ‘performances’ que intentan provocar a una ciudadanía harta ya de estar harta.

¿Y qué ocurre en Twitter? De todo y por su orden. Twitter es el espejo más inmediato y visceral del país y en ese campo de batalla te das cuenta de cómo andan las cosas: los de Podemos con su particular guerra interna que cada día va a más entre los partidarios de dar miedo y los de dar amor (más los antisistema radicales). Los del PSOE corriendo por el peligroso desfiladero que va del "no es no" a la abstención técnica y amenazándose los unos a los otros. El PP calladito -y esperando su momento- porque hablan por él y de él en varias salas de la Audiencia y hasta el Supremo llama a Rita y más vale no levantar cabeza que bastante tuvieron ya con el "sé fuerte, Luis". Y todo esto a unos días de la investidura o de las elecciones, que ya creo que tanto da lo uno como lo otro, mientras el fondo de las pensiones camina hacia los números rojos y nadie sabe qué va a pasar en 2017. Pues este es el país que tenemos y estos los políticos que quieren salvarnos de la ruina.

Es que es muy triste, de verdad. Es que salvo los muy adictos dispuestos a comulgar con ruedas de molino, nadie puede entender que Pablo Iglesias, líder de la tercera/segunda fuerza política del país, afirme que el boicot a Felipe González en la Universidad Autónoma por unas docenas de encapuchados sea una muestra de "salud democrática". Más raro es que una socialista, ex ministra de ZP, María Antonia Trujillo, justifique semejante violencia como un derecho a la libertad de expresión de los alumnos y asegure que la gente está ya "muy cansada de Felipe González".

Pues así están las cosas y para que no decaiga, llega el Constitucional –que en ocasiones parece también una ‘performance’- y anula la prohibición de los toros en Cataluña. Aquí ya vale todo. El país es una gran corrala endeudada hasta la cejas donde cada quién monta su circo mientras los ciudadanos asisten incrédulos al lamentable espectáculo.

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