ASOCIACIÓN GITANAS FEMINISTAS POR LA DIVERSIDAD
OPINIÓN

Carta al humorista Rober Bodegas

Rober Bodegas, en un preestreno en 2016.
Rober Bodegas, en un preestreno en 2016.
GTRES
Rober Bodegas, en un preestreno en 2016.

Querido Rober:

Tus disculpas siguen siendo hirientes, ofensivas y racistas. Voy a ponerme en tu piel y expresarme con la libertad de expresión que tú reivindicas. La provocación forma parte de tu trabajo y con esto justificas tu racismo. Una respuesta muy madura, intelectual... eres todo un ejemplo a no seguir de tu profesión.

También dices que a ti no te ofende ningún chiste que ataque a tu procedencia física o creencia y comparas tu posición de blanco privilegiado niño mimado de la televisión con la de un pueblo trasnacional que ha sufrido intentos de genocidio, exterminio, persecución y que en la actualidad es objeto de discriminación laboral, social, política y judicial. Vamos, igualito que tú.

Durante más de 600 años en España se ha proyectado, mediante una multitud de leyes antigitanas, una imagen negativa sobre el pueblo gitano, y tú con tus chistes contribuyes a que las nuevas generaciones sigan pensando lo divertido que es reírse de los gitanos y humillarlos, como aquellos aficionados del PSV en Madrid.

Según tú y tus colegas, coartamos tu libertad de expresión, pero si nosotros, los gitanos y las gitanas, expresamos nuestra opinión puede ser entendido como amenazas. Esta actitud tuya, Rober, también es racista. Nada, tenemos que seguir calladas mientras criminalizan nuestros cuerpos; seguir escondidas o invisibilizadas durante 600 años más.

Pero tú sí, como privilegiado que eres tú sí que puedes denunciar, es más, nos amenazas en tu comunicado: o cesan estas protestas, enfados, recriminaciones causadas por tu monólogo o denuncias.

Nosotras tenemos muchísimo sentido del humor, pero hay cosas que no hacen gracia a nadie, ¿tú te reirías con este chiste?: "Esto es un payo que se junta con cuatro payos y violan a una joven de 18 años en Pamplona". Es la misma cara que se nos queda a nosotras cuando en tu monólogo expresas que los hombres gitanos abusan de las menores.

Si quieres compararte con nosotros, querido Rober, imagina que en los colegios, bares, redes, centro de trabajo te acosan constantemente diciéndote que conduces sin carnet, que vendes drogas, que eres analfabeto y que además no tienes ningún respeto por las mujeres; que constantemente se rían de tu pertenencia étnica y que esto derive en acciones y actitudes racistas que invaden tu vida cotidiana y que te condicionan, social, económica, laboral y políticamente.

¿Quieres ponerte en nuestra piel? ¿Quieres ver la cara de mi sobrino, cómo se ha sentido de humillado al escuchar tu monólogo? Ah, no, pero además te consideras víctima, cuando es a ti a quien se debe investigar, es a ti a quien denunciamos porque eres tú el que practica y manifiesta actitudes reprobables.

Y voy a utilizar la misma expresión de libertad que utilizas tú, me voy a dar ese privilegio: déjanos en paz y ojalá que te muerdas la lengua cada vez que cuentes un chiste racista sobre gitanos. ¡Ja!

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