Estimado señor alcalde.

Hace ahora un año, aún caliente el cadáver del noble toro Rompe-suelas tras ser perseguido, maltratado, alanceado y muerto por algunos de sus paisanos, en un espectáculo salvaje, inhumano, inculto y bárbaro, le escribí ya una carta pública pidiéndole que trabajara para evitar más Rompe-suelas en esa "muy ilustre, antigua, coronada, leal y nobilísima villa".

Algo se ha avanzado en este año, señor regidor, pues el no menos noble toro Pelado ha sido ahora también corrido, perseguido y acosado por alguno de sus vecinos en bárbara fiesta, pero se le ha dado muerte, piadosamente, no en público sino en privado. ¡Felicitaciones!

Queremos más pasos civilizadores, primer edil de Tordesillas. Ármese de valor, propóngase ahora que no haya ni siquiera más Pelados en el futuro de Tordesillas. Haga de la necesidad virtud, convierta -como le aconsejaría un experto en marketing- la dificultad en oportunidad y quítele ante el mundo al nombre de su localidad los negativos atributos del Toro de la Vega para darle otros nuevos, que tiene muchos y muy valiosos y variados en esa nobilísima villa. La hermosa Plaza Mayor porticada. La Puente sobre el Duero. La Muralla. El Monasterio de Santa Clara. La iglesia-museo de San Antolín. Y sobre todo, la estremecedora historia de la reina Juana, símbolo de la mujer encadenada y explotada, pero no sometida, y la impresionante del Tratado de Tordesillas, por el que Castilla y Portugal ordenaron ahí el mundo, en 1494. Con esos mimbres, ¡qué nueva Marca Tordesillas puede lograr si se lo propone!

Atentamente.

Arsenio Escolar.