El Partido Socialista que preside el actual primer ministro, Antonio Costa, ha barrido en las elecciones legislativas celebradas este domingo en Portugal. Eso al menos reflejan las encuestas a pie de urna y los primeros datos escrutados. El PS obtuvo el 43,5 por ciento y supera en más de diez puntos al principal partido de la oposición, el PSD —liberal a pesar de su nombre socialdemócrata— que encabeza el veterano político Rui Rio, antiguo alcalde de Oporto.

Quizás la primera sorpresa es que el resultado se aleja mucho de las previsiones que apuntaban a un empate técnico entre los dos partidos que se han venido alternando en el Gobierno. La segunda es que, también en contra de las expectativas, la temida abstención que anticipaba el medio millón de contagiados con la covid que no podrían acudir a las urnas, se quedó en el 44 por ciento, la más baja de los últimos diez años. La tercera y menos imprevista ha sido el avance de Chega ('Llega' o 'basta' en español), el partido de extrema derecha que se coloca tercero.

Como contrapartida, caen los partidos de extrema izquierda, el Bloque de Izquierda y la coalición comunista, que han sido los socios que durante buena parte de la legislatura que termina apoyaron al PS para mantener la mayoría parlamentaria que en buena medida explica el éxito internacional que se le ha reconocido al Gobierno de Costa.

La duda conforme avanza el escrutinio es si el Partido Socialista alcanzaría la mayoría absoluta que está en ciento dieciséis diputados. Con el sesenta por ciento de los votos escrutados puede alcanzar hasta 117 escaños. Los analistas, sin embargo, ponen en duda que la alcance cuando llegue el cómputo de restos y especulan sobre las posibilidades que se abren para la formación del nuevo Gabinete. Los malos resultados de los antiguos socios, a quienes las previsiones atribuyen entre cuatro y seis escaños, es bastante probable que les disuada de volver a pactar con el PS.

Las posibilidades de una alternativa conservadora son muy remotas. El CDS, el partido de derechas creado por Freitas do Amaral en los años setenta del pasado siglo, aliado tradicional del PSD ha obtenido unos resultados, siempre según las previsiones, que oscilarán entre tres y cinco diputados lo cual hace temer incluso por su desaparición. Y el acuerdo con Chega, además de ser difícil, apenas le aportaría a Rui Rio ocho o máximo diez diputados, muy pocos para alcanzar a los logrados por los socialistas.