OPINIÓN

El dilema de Ciudadanos

Imagen de Inés Arrimadas durante una rueda de prensa.
Imagen de Inés Arrimadas durante una rueda de prensa.
Ciudadanos
Imagen de Inés Arrimadas durante una rueda de prensa.

Dice Inés Arrimadas que Ciudadanos tiene que ser un partido útil, que por eso negocia los Presupuestos con el Gobierno. El concepto de utilidad en política es versátil. Pero en este caso, lo importante sería saber qué tipo de partido útil desean aquellos que votaron a Ciudadanos y dejaron de hacerlo, y aquellos que nunca han votado a Ciudadanos pero podrían planteárselo.

Para la dirección que heredó los escuetos restos electorales del partido a la salida de Albert Rivera, ser útil consiste en conformar gobiernos o en ayudar a sostenerlos desde fuera. Por ejemplo, gobernar con el PP o con el PSOE en comunidades o ayuntamientos. Por ejemplo, mostrar disponibilidad para sostener a Pedro Sánchez en el poder facilitando la aprobación de los Presupuestos.

El votante de centro suele ser discontinuo, tiende a la flexibilidad y no al fanatismo

El centro político es un ámbito de definición complejo. Su votante suele ser discontinuo, porque tiende a la flexibilidad y no al fanatismo. De ahí que cuando España era bipartidista hubiera varios millones de votantes moderados dispuestos a cambiar su voto del PSOE al PP y viceversa, en función de las circunstancias de cada momento. Cuando llegaron Ciudadanos y Podemos para salvar al país con la llamada ‘nueva política’ (ahora envejecida, apolillada y marchita), las posiciones se extremaron, y el posterior aterrizaje de Vox ha terminado de romper las costuras.

Ahora, Inés Arrimadas cree que puede recuperar votantes mostrando su disposición a jugar al tenis en los dos lados de la pista simultáneamente: pactar con el PP en unos sitios y con el PSOE en otros. Pero surgen dudas: ¿Qué partido se llevó los 47 escaños perdidos por Ciudadanos en las últimas elecciones? ¿El PSOE, que bajó tres escaños? ¿Unidas Podemos, que obtuvo siete menos? ¿El PP, que ganó 23? ¿Vox, que subió 28?  

Su pretendido papel moderador tiene menos vigencia en un tiempo tan alterado como el actual

Para algunos, la utilidad consiste en facilitar la gobernabilidad, gobierne quien gobierne. Para otros, lo útil es oponerse al Gobierno. El dilema es difícil de resolver cuando se está en una posición de debilidad como la de Ciudadanos, y después de los desplantes de Pedro Sánchez. Su pretendido papel moderador tiene menos vigencia en un tiempo tan alterado como el actual, en el que la gama cromática tiende al blanco o al negro, ignorando los demás colores en un ejemplo de daltonismo político.  

Si, finalmente, Ciudadanos apoya los Presupuestos otorgará a la coalición Sánchez-Iglesias el salvoconducto que necesita para alagar la legislatura hasta su final, y eso condicionará su imagen. Si, por el contrario, se opone, la posición política del partido centrista se disolverá en el magma que hay hacia su derecha, donde reinan PP y Vox. El trabajo de Inés Arrimadas es tan difícil como pretender atravesar un alambre de espino sin arañarse.

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