Borja Terán Periodista
OPINIÓN

Verónica Forqué, sin eufemismos

Verónica Forqué en 'Pepa y Pepe'
Verónica Forqué en 'Pepa y Pepe'
RTVE
Verónica Forqué en 'Pepa y Pepe'

Dicen que lo último que haces es lo que, al final, perdura. Una afirmación que se repite mucho, pero que es una gran mentira. De los grandes creadores nos queda la suma de su recorrido y Verónica Forqué siempre representará a la actriz única, con una energía única. En cine, en teatro, en televisión. En ficción, en entretenimiento o en una simple entrevista. Da igual el género o la plataforma, su manera de hablar, interpretar y comunicar no se parecía a la de nadie, probablemente porque su manera de ser no necesitaba aparentar nada ante nadie.

Con su icónica energía, Forqué otorgaba a cada guion una autenticidad especial que contagiaba la fuerza de la verdad. Una verdad que sólo era así si la interpretaba ella. Probablemente, porque Verónica Forqué quiso ser siempre Verónica Forqué con todas sus consecuencias. No tenía miedo a su expresiva personalidad, pues era virtud que engrandecía a los personajes.

En las entrevistas nunca quería hablar de sus cuatro premios Goya. Lo llegaba incluso a odiar. Relativizaba el 'postureo' de los galardones. Prefería ir más allá y compartir sus sentimientos: hablando sin autocensura, sin red. Siempre sin eufemismos. Le preguntabas "¿qué tal?" y ella se sinceraba como si fueras un íntimo amigo. Y justamente, justo hace un año en una visita al plató de 'La hora de La 1',  incidió sobre cómo y paradójicamente la televisión había ido ganando eufemismos con el paso de los años. Lo hizo al recordar su serie de más éxito, 'Pepa y Pepe'. Imposible de hacer hoy, recalcó.

'Pepa y Pepe' retrataba a una familia imperfecta en donde la madre no era nada ejemplarizante. La televisión española se quitaba el corsé machista de esa condescendencia de la figura maternal en prime time. La serie, dirigida por el que entonces era su marido Manuel Iborra, fue una sorpresa en audiencias hasta para la propia TVE. Pocos esperaban tal popularidad con su oscura sintonía en negro completo y su osada comedia de lo políticamente incorrecto. La calidad y la audiencia van más de la mano de lo que se valora, sobre todo cuando se cree en la inteligencia del espectador.

Por eso mismo, 'Pepa y Pepe' enganchó. Y tanto, porque 'Pepa y Pepe' hablaba de nosotros a través de esa transparente imperfección que nos define en la vida cotidiana y que, a la vez, ha sido el nexo de unión del trabajo de Verónica Forqué. Una mujer poderosa con una energía tan especial que sus personajes siempre tenían un punto entrañable que daban ganas de abrazar. Quizá porque era espléndida con el público hasta para compartir sus emociones, ya fuera metiéndose en la piel de Nieves en la superproducción 'Curro Jiménez', que adelantándose a Tinder junto a Antonio Resines en la pequeña telecomedia 'Eva y Adán: agencia matrimonial', que dejándose llevar en un reality como 'MasterCher Celebrity', que adentrándose en la noche de una mítica '¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?  Siempre ha sido coherente, siempre ha sido sensible, siempre ha sido generosa a la hora de compartir su singular energía con el público. Totalmente generosa con su público. Descanse en paz.

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