Rebeca Marín Periodista y escritora
OPINIÓN

La venganza de Moctezuma

Un hombre se realiza un test de covid-19 en Ciudad de México.
Un hombre se realiza un test de Covid-19 en Ciudad de México.
SÁSHENKA GUTIÉRREZ / EFE
Un hombre se realiza un test de covid-19 en Ciudad de México.

He estado en Ciudad de México la última semana preelectoral. Cuando me fui, muchos me alertaron diciendo "allí están fatal", "no usa mascarilla ni dios", "esos países son un desastre". Frases hechas enunciadas desde la falsa superioridad moral y con regusto a herencia colonialista, que tenemos interiorizadas en países como España y que tienen la misma legitimidad que "como aquí no se come en ningún sitio" o "las croquetas de mi madre son las mejores".

La realidad es que me encontré en una ciudad de 23 millones de habitantes donde todos usaban mascarilla y no ha existido una tercera ola y ya están vacunando a la población. En todos los sitios, sin excepción, te obligan a tomarte la temperatura, darte gel en las manos e incluso hacen una especie de pantomima pandémica como pisar un líquido antes de entrar o rociarte con otro la ropa, un ritual más persuasivo que efectivo, pero que en España es inexistente, exceptuando algunos lugares como los hospitales.

Según datos del Ministerio de Sanidad, en la última semana en España, con 47 millones de habitantes, se han contabilizado 58.056 casos nuevos de Covid, mientras que en México, con 128 millones, 21.415. Así que quizá deberíamos ceñirnos más a las cifras y menos a las percepciones. Y ver que, si nuestras noticias en la última semana tratan sobre cartas con balas y navajas ensangrentadas, más propias de salvajes y narcos, no deberíamos dar lecciones. Afortunadamente siempre les quedará la llamada venganza de Moctezuma, esa que hoy día viene en forma de diarrea mandando a los pobres europeos al baño cuando sus estómagos entran en contacto con una bacteria desconocida. Aprovechemos y, ya en el baño, mirémonos un poco en el espejo.

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