Componemos los españoles un país de grillos, gentes muy agradecidas al instante, pero que no tarda en olvidar. Y así ha sucedido con la pandemia, en la que tanta gente dio su vida por salvar la nuestra. ¿Recuerdan aquellas promesas de subidas salariales y contratos indefinidos a los sanitarios? Ellos sí, pero los encargados de ejecutarlas parece que no. Pasó el tiempo y los aplausos de las ocho de la tarde se apagaron, a la vez que nuestra memoria.