Elías Israel Periodista
OPINIÓN

Rubiales hace su agosto con Casillas

Iker Casillas durante la graduación de la primera promoción de LaLiga Business School
Iker Casillas durante un acto de LaLiga
PRENSA LALIGA - Archivo
Iker Casillas durante la graduación de la primera promoción de LaLiga Business School

Iker siempre fue hombre dado a los milagros cuando defendía las porterías del Real Madrid o de la Selección Española. La política, incluso la deportiva, no conoce de auras, de leyendas ni de santorales. Es una guerra sin cuartel donde algunos entienden que es más importante descuartizar al rival que defender tus argumentos. 

Eso lo saben bien en la Federación actual. Ganar unas elecciones asamblearias a quien tiene la llave de la caja de las territoriales y de los repartos siempre es misión casi imposible, pero si además te encuentras con la pinza entre Irene Lozano, la presidenta del CSD y Rubiales, el milagro se torna utopía. Vamos, que no tiene sentido.

Ya se barruntaba que Iker, viendo el percal, se empezaba a pensar muy seriamente la conveniencia de presentarse a los comicios. Incluso hubo quien le aconsejó que igual sería una buena idea hacerlo, aunque fuese para perder, con el fin de ir conociendo los entresijos, por aquel viejo axioma de perder una para ganar la siguiente. Con lo que nadie contaba en la candidatura de Iker es que, por muy excepcional que fuese la situación, Rubiales conseguiría los favores gubernamentales para convocar las elecciones el 17 de agosto. De alucinar

Ante este panorama, lo de Iker, más que una salida airosa, es una expulsión. No se puede iniciar una carrera de 100 metros con 90 de desventaja, aunque te llames Iker Casillas. No sé si Iker hubiese sido un gran presidente, lo que sí hubiese sido bueno por simple espíritu democrático es que apareciese otro candidato para contar las verdades del barquero... porque las del arquero ya son historia.

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