Diego Carcedo Periodista
OPINIÓN

Francia: elecciones sin sorpresa

Emmanuel Macron se fotografía con seguidores.
Emmanuel Macron se fotografía con seguidores.
EFE
Emmanuel Macron se fotografía con seguidores.

Los resultados provisionales de la primera vuelta de las elecciones francesas no ofrecen especial sorpresa: como se venía pronosticando, el actual presidente Enmanuel Macron y la incombustible ultranacionalista y antieuropea Marine Le Pen, volverán a disputarse la Presidencia. El duelo se repite después de cinco años con pocas diferencias entre las que entonces reflejaban ambos aspirantes.

Aunque la variedad de partidos que concurrían era distinta, al final los resultados llevan a la misma incertidumbre que entonces. Todo dependerá ahora de los perdedores, partidos y electores, que tendrán que decantarse por uno de los dos candidatos que se colocaron a la cabeza.

En 2017, Macron superó a Le Pen apenas por dos puntos, pero en esta ocasión son cinco los que les separan (el presidente obtuvo el 28,5% y la aspirante, el 23,6%). Hay que añadir que la temida abstención, fue cuatro puntos más alta que hace cinco años.

Los pronósticos que ya han empezado a salir al aire anticipan que Macron será el vencedor por segunda vez. La explicación es el rechazo que producen las ideas extremas y antieuropeístas de Le Pen entre la mayor parte de los otros partidos y, en un sentido más amplio, en la opinión pública. Un Gobierno inspirado en sus propuestas produce miedo en la Francia de las libertades y el progreso.

Las candidatas de los grandes partidos tradicionales, el Republicano conservador y el Socialista, que han sufrido derrotas calificadas de abrumadoras, ya se han apresurado a anunciar su respaldo a Macron. Tampoco cabe imaginar que Mélenchon, el principal crítico de Macron y principal candidato de la izquierda —que se quedó en el tercer puesto con un 20 por ciento de los votos— aporte facilidades a la victoria de Le Pen.

Macron parte como claro favorito, lo cual supone un alivio para las preocupaciones que despierta una Francia nacionalista y antieuropea. En cualquier caso, habrá que esperar. Dentro de dos semanas, el domingo 24, saldremos de la duda. El resultado es importante para los franceses, naturalmente, pero no menos para los europeístas.

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