OPINIÓN

La belleza de irse por las ramas

Imagen de archivo de un bosque.
Imagen de archivo de un bosque.
GTRES
Imagen de archivo de un bosque.

La primavera ha llegado cuando más la necesitábamos, cuando más nos estábamos ahogando en un panorama invernal donde las violencias de Ucrania nos han helado el corazón, con un conflicto mundial que amenaza todos los sueños. Pero la naturaleza es ajena a estos miedos humanos, los dos polos de la Tierra se han vuelto a colocar un año más a la misma distancia del Sol, igualando así la duración de la noche con el día: 12 horas. Las violetas tapizan de nuevo los bosques con su efímera delicadeza, arrulladas por el canto de unos mirlos y petirrojos cuya principal preocupación es concluir cuanto antes sus nidos, poner huevos, criar pollos, sobrevivir y seguir dando impulso a la rueda de ese círculo perfecto que es la vida.

Los árboles empiezan a despertarse y su belleza nos hace irnos por las ramas, alargar el paseo por un bosque sanador, abrir los oídos a sus silencios sonoros, acompasar nuestros locos ritmos urbanos a la serenidad de la flor.

Ojalá tuviéramos tiempo libre para perderlo viendo margaritas

Ojalá tuviéramos tiempo libre para perderlo viendo margaritas, dirá más de uno y tiene razón. Nos lo han robado. Y mira que nos avisó Momo, la genial criatura literaria de Michael Ende. Los "hombres grises" nos han convencido de que el tiempo es oro y no debe ser malgastado, hay que ahorrarlo, mantenerse siempre ocupado, no podemos desperdiciar ni un segundo en cosas superfluas como pasear, hablar con los amigos, amar, soñar, irnos por las ramas.

La auténtica verdad está en el bosque

Nos han dicho que quien más trabaja más dinero gana y vive mejor. Es la mayor mentira de la historia de la humanidad, pero nos la hemos creído. La auténtica verdad está en el bosque. Ya lo dijo Hermann Hesse, "cuando hayamos aprendido a escuchar a los árboles, nos sentiremos en casa. Eso es la felicidad". 

Mostrar comentarios

Códigos Descuento