El polvo del desierto cubre estos días las calles, las terrazas y los coches que han quedado al descubierto, recordándonos que, en este mundo alborotado, el Sáhara no queda tan lejos como señalan los mapas.

Los diarios, una semana más, ya hemos dejado de contar por días, alertan desde sus portadas de los horrores de la guerra y comparten espacio en los kioskos con las revistas del corazón que intentan mostrar también en estas circunstancias el lado rosa de la vida.

Una glamurosa Paloma Cuevas nos sonríe desde las páginas de ¡Hola! y mientras, nos presenta la colección de ropa que lleva su nombre, porque no conviene dar puntada sin hilo, nos desgrana un práctico manual de autoayuda para superar las penas del amor y los sinsabores de la vida.

Nos desgrana un práctico manual de autoayuda para superar las penas del amor

Ella, a la vista está, ha superado con éxito el golpe que supuso el fin de su, para todos, idílico matrimonio con Enrique Ponce después de veintiocho años de relación y a punto de celebrar las bodas de plata.

Paloma, que cita con soltura a Cicerón y a Séneca, concluye que se aprende más en momentos que no son fáciles y habla del perdón, el agradecimiento y de enfocarnos en lo positivo que tenemos.

Sin quejas ni reproches ha recolocado su mundo. La Filosofía siempre ayuda y a veces puede convertirse en un manual de supervivencia. A ella le ha funcionado.