Dos años después ya nada es lo mismo, principalmente por la cantidad de familias rotas por la pandemia. Demasiadas víctimas, demasiado dolor y sufrimiento que ha hecho que nuestras vidas jamás vuelvan a ser como antes.

Recuerdo aquellos principios de marzo, aquella negación constante del Gobierno de España a lo que acabaría después sucediendo. Recuerdo como si fuera ayer a aquellos que acusaban de generar miedo y alarmismo a quienes decidieron alzar la voz y actuar frente a un apaciguado Sánchez. Recuerdo los carteles el 8 de marzo, particularmente aquella frase que rezaba "el machismo mata más que el coronavirus".

"Recuerdo el liderazgo de Isabel Díaz Ayuso, cuando decidió valientemente tomar duras decisiones, como los cierres de centros de mayores y colegios"

Recuerdo al Gobierno de la nación callado, al ministro de Sanidad escondido, al vicepresidente Iglesias utilizando la situación. Recuerdo que quisieron quitarse de en medio, pasar de puntillas, abandonando a su suerte a las comunidades autónomas en una crisis sanitaria sin precedentes en nuestra democracia. Recuerdo el abandono a los autónomos, a las pequeñas empresas, cómo tenían que seguir pagando todo. Recuerdo a nuestros exhaustos sanitarios cubrirse con bolsas de basura, improvisando mascarillas con prendas de ropa.

Pero también recuerdo el liderazgo de Isabel Díaz Ayuso, cuando se cansó de esperar medidas que no llegaban y decidió valientemente tomar duras decisiones, como los cierres de centros de mayores y colegios. También los 22 aviones repletos de material sanitario que consiguió traer, pese a las trabas que puso Sánchez. Recuerdo la solidaridad de los madrileños, de todos los españoles, que, pese al miedo y la incertidumbre, aportaban todo lo que estaba en su mano para ayudar a quienes cuidaban de nosotros. Recuerdo a todos los cuerpos de Policía y Bomberos, al Ejército, Protección Civil, a transportistas, reponedores y ganaderos, entre tantos y tantos ejemplos, apartar sus temores para que todo siguiera funcionando.

Nos corresponde a todos nunca olvidar lo que ha pasado en España. Nos corresponde mantener vivo el recuerdo de todas las víctimas y todos los héroes. Se lo debemos.