Cuando tenía 11 años mi familia se mudó de Edimburgo a Sussex, en el sur de Inglaterra, y hubo un problema de integración inmediato en mi nuevo colegio público. Los niños en Escocia van un año más tarde al instituto, así que mis nuevos compañeros habían estudiado ya su primer idioma extranjero, el francés. Afortunadamente hubo solución: una tutora del colegio me dio clases de recuperación y rápidamente pude incorporarme a la clase.

Recuerdo ahora aquella experiencia porque la gran iniciativa del gobierno británico para ayudar a los niños a recuperar su rendimiento, afectado por la pandemia, es un Plan Nacional de Tutores. Un estudio de los resultados de 6.000 alumnos de 6 y 7 años concluyó que los cierres de colegios, que duraron en algunos casos hasta seis meses en 2020, ha dejado a los niños dos meses de retraso en Matemática y Lectura y que hay una "brecha de desventaja" de siete meses para los niños desfavorecidos. A esos datos hay que añadir los efectos de otros tres o cuatro meses de cierres este año con el segundo confinamiento.

El primer ministro conservador Boris Johnson prometió que ningún niño se quedaría atrás, creando este programa de tutores en noviembre y dotándolo inicialmente con 2.000 millones de euros para dar clases particulares a los niños más necesitados. También nombró un “comisario de recuperación”, un exprofesor y exresponsable de la estrategia de colegios primarios: Sir Kevan Collins.

Sin embargo, el plan de recuperación ya ha quedado tocado. Collins ha dimitido, considerando que el anuncio del gobierno de otros 1.600 millones de euros se queda corto. Él había propuesto un plan para tener más tutores y alargar la jornada escolar que hubiera costado 17.500 millones de euros, según varios medios. El gobierno no descarta aportar más dinero más adelante, pero los recursos destinados hasta ahora son el equivalente a 363 euros por niño, según el Instituto de la Política de la Educación. Los recursos anunciados están lejos de los 1.874 euros anunciados en los Estados Unidos y de los 2.928 de los Países Bajos, según el Instituto. “No se puede comprar una excelente educación barata”, escribió el exministro laborista y ahora Presidente de la Fundación de Movilidad Social Alan Milburn, en The Times.

 “Una inversión de forma paulatina no es un ahorro real porque el aprendizaje perdido si no se subsana rápidamente irá a peor”, escribió Collins en su carta de dimisión.

No todos los colegios están de acuerdo con el sistema de tutores. Muchos prefieren que vengan de la plantilla de los colegios

Además, no todos los colegios están de acuerdo con el sistema de tutores tal y como está funcionando actualmente. Hay críticas porque vienen de empresas privadas, además de las ONG, y algunos están mal pagados; muchos prefieren que vengan de la plantilla de los colegios, cómo pasó con mi tutora hace 30 años.

Los profesores también advierten de la necesidad de apoyar la salud mental y el bienestar de sus alumnos. Un grupo de académicos educativos, Playfirst UK, y la organización Save the Children insisten en que hay que enfocarse más allá del curriculum, que lo que los niños necesitan ahora es "un verano de juego” para su recuperación mental.

Los juegos en el aire libre aportan muchos beneficios. Un estudio de 90 niños del Observatorio Nacional de Actividad y de Sedentarismo en Francia revelado en el periódico Le Monde mostró que muchos de los niños de 7 a 8 años, además de tener hasta un 40% menos de capacidad cognitiva que hace un año, no son capaces de completar un test físico sencillo porque se quedan sin aliento durante el recorrido.

Los datos iniciales sobre los efectos de los confinamientos muestran que el gobierno español tomó una buena decisión al mantener abiertos los colegios después del primer encierro, durísimo para los niños. Eso no quita que, como todos los gobiernos de su entorno, ahora también tiene deberes. Las generaciones más jóvenes ha hecho tremendos sacrificios para proteger a sus mayores y, como resultado, podrían tener menos capacidad para ganarse la vida y más riesgo de enfermedades físicas y mentales. Es hora de invertir en los niños.