Borja Terán Periodista
OPINIÓN

La debilidad de Telecinco que evidencia el spot bailongo de Sonsoles Ónega

Sonsoles Ónega baila.
Sonsoles Ónega baila.
Mediaset
Sonsoles Ónega baila.
@borjateran
 
 

Sonsoles Ónega baila en una nueva promoción de Mediaset. La periodista danza para anunciar que, próximamente, tendrá otro programa diario en la cadena. 'Ya es mediodía' se desdobla con una nueva edición por la tarde: 'Ya son las 8'. Su hora de emisión está clara, pues.  La cadena da un nuevo giro de guion para rellenar la complicada franja de 'Pasapalabra', el gran éxito de Antena 3 que paradójicamente se cimentó durante años en Telecinco. Y que no tiene rival.

Tras probar 'Sálvame', el concurso 'Alta tensión' y un previo de sus programas estelares de prime time, ahora se opta por más actualidad en directo en esa franja. Y ya se sabe, el directo entusiasta es el gran sello de la cadena. Quizá por eso han puesto a bailar en la promo a Sonsoles, donde realiza todos los gestos redundantes que nunca le permitirían en un ensayo general de la Academia de 'Operación Triunfo'. Como cuando dice la hora y mira a la muñeca para ver el reloj. Aunque ella no lleve reloj. 

Recalcar tanto en televisión está sobrevalorado, y se hace sobre todo cuando no hay un contenido claro. Hay que hacer algo y entonces se opta por el énfasis de ideas que tampoco dicen mucho: "ríe, vive, disfruta. Ha llegado la hora". Podría ser una canción de Xuxa o un anuncio de bebida refrescante. 

Quizá, más que crear expectativa esta promo marca una de las debilidades actuales que sufre la cadena. Se empieza a evidenciar demasiado que su estrategia de canal es el ahorro y la repetición. Es una virtud que sus contenidos sean hábiles en retroalimentarse. De hecho, la marca de éxito de Telecinco es que ha conseguido que el canal no tenga programas como tal, directamente el espectador pone Telecinco y ve Telecinco. Ya sabe qué se va a encontrar. Da igual casi quién presente y qué programa esté. La dinámica de la cadena es un carrusel de tertulias que han transformado los estudios de la emisora en una especie de casa gigante de 'Gran Hermano'. Donde hasta a Sonsoles Ónega le terminan regalando un vídeo tróspido digno de participante de ¿Quién quiere casasrse con mi hijo? en forma de este anuncio bailongo.  

"El ahorro de reutilizar todo el rato los mismos decorados y las mismas técnicas narrativas deteriora el interés de la cadena, pues cansa al espectador"

El problema está en que en la televisión generalista, además de tener un sello contundente como canal, también hay que airear la programación con diversidad estética. Todos los programas pueden hablar de lo mismo, pero con prismas que no sean repetitivos. Eso se logra gracias a la autoría que otorga invertir en un universo creativo propio a cada programa. Lo hacía María Teresa Campos, lo hacía 'Crónicas Marcianas', lo hace 'Sálvame'. Ahí brillaba más Telecinco. Ahí cimentó su modelo de liderazgo. Pero en los últimos tiempos todo parece lo mismo aunque no sea lo mismo. El ahorro de reutilizar todo el rato los mismos decorados y las mismas técnicas narrativas deteriora el interés de la cadena, pues cansa al espectador. Y lo que es peor: desvirtúa la fuerza de un canal que cuenta con el mejor elenco de estrellas. Diversas como la propia sociedad. Jorge Javier Vázquez, Ana Rosa Quintana, Toñi Moreno, Carlos Sobera, Carlota Corredera, Sandra Barneda... Y es que, cuidado, pueden estar siendo engullidas por el propio devenir de un canal que se empieza a olvidar de su propia pluralidad.

'Ya son las 8' sólo es otro síntoma. Al final es dar una alternativa a 'Pasapalabra' con un producto que está asentado. No hay que invertir en nuevo equipo y decorado y, a la vez, la decisión remueve algo el interés del público. Porque lo fácil sería estirar 'Sálvame' de nuevo, pero entonces no sería noticia. Todo seguiría igual. Pero para competir contra un concurso cargado de juegos tan participativos que no dan tregua al espectador, Telecinco nada tiene que hacer con otro debate diario más sobre corazón, reality y actualidad. A las 8 de la tarde ya se ha hablado de todo. Es más, la propia Sonsoles Ónega ya lo ha presentado todo al mediodía. 

La tecla para debilitar 'Pasapalabra' está en no ir a rebufo de uno mismo y optar por un programa con chicha que, de verdad, atraiga a personas que no son público potencial de 'Pasapalabra'. ¿Y qué formato es ese? Difícil pregunta. Nadie parece tener la respuesta. Pero tendría más lógica ir a la complementariedad de públicos que supone apostar por un formato de carácter propio tipo 'First Dates' que lanzarse a otro debate del debate en el mismo decorado de aquel debate donde ya se debatió todo. Eso no es vive, disfruta, eso remite más bien a lo opuesto: a no atreverse a vivir y a disfrutar, a no arriesgar para avanzar. Sólo contenerse repitiendo lo mismo.

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