Creo, sinceramente, que algunos mandatarios y/o exmandatarios deberían ir a la cárcel por crímenes contra la humanidad por su gestión de la pandemia.
El mundo ya ha llegado a más de tres millones de muertos “oficiales”. Y solo cuatro países representan el 43% de muertos del total. Me refiero a los Estados Unidos (567.694), Brasil (374.682), México (212.466) y la Gran Bretaña (127.274). Juntos significan el 9,37% de la población mundial. Es decir, 9,37% de la población mundial y el 43% de las muertes que ha habido en el mundo. Una vergüenza.
¿Qué tienen en común esos países? Que sus mandatarios optaron por negar la peligrosidad del virus y se acogieron a la estrategia de conseguir la inmunidad de rebaño sin alterar a penas la cotidianidad y a descalificar cualquier medida protectora como, por ejemplo, la mascarilla.
En el ejercicio de nuestras funciones, todos tenemos responsabilidad social. Todos. ¿Cuál es la responsabilidad social de esos psicópatas? No se equivocaron, lo hicieron adrede, por ideología.
En Brasil, para que se hagan una idea, muchos enfermos son intubados en los hospitales sin sedantes o mueren por falta de oxígeno. ¿El castigo a Bolsonaro, presiente del Brasil y principal negacionista, puede ser solo perder las elecciones?, ¿matar por negligencia a más de 300 mil personas no conlleva otro castigo? Les recuerdo que Bolsonaro acusó de homosexuales a los que seguían los confinamientos decretados por los gobernadores de los estados.
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