Carlos Marañón Fútbol y cine
OPINIÓN

El amor (al cine) en los tiempos del cólera

Escena de 'In the Mood for Love'
Escena de 'In the Mood for Love'
Escena de 'In the Mood for Love'

Dos décadas es la diferencia entre una agradable novedad, un estreno exitoso, esa radiante sorpresa, y un clásico con todas las letras. 20 años son el cambio de rasante de una generación, un vertiginoso salto en el tiempo en la escala Serrat (Fa vint anys que tinc vint anys), el golpe de nostalgia que nos devuelve el sentido. Es decir “20 años después”, y quitársenos la tontería cinéfila de golpe. También las películas caen por su propio peso.

A los ojos del cinemaníaco de 2020 (deseando amar 2021), el año 2000, mucho más que el año de In The Mood For Love o Los Soprano, marca el comienzo de la era digital, del principio de un cambio tan profundo que se ha metido en nuestras casas, afectándonos en lo más íntimo: la costumbre de ir al cine ha dado paso al masivo consumo audiovisual (vemos series por encima de nuestras posibilidades). Y en ese tránsito de espectadores a consumidores llegó esta pandemia de la que tampoco sabemos cómo saldrá el cine. Estos últimos meses han sido como otros 20 años. Con el virus sometiendo la vida pública a la sospecha, merece la pena recordar los cines de 2000, con las posibilidades de 2020, para luchar por ellos. 20 años después, el clásico es ir al cine. Conservémoslo.

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