Pasan cosas, claro. Estaría bueno que no pasasen cosas. Un amigo mío, sabio como los de antes, me decía una vez: "Diego, lo bueno en la vida es que nos pasen cosas". Y estoy de acuerdo. ¿Cómo serían de aburridas nuestras vidas si no pasasen cosas? Bien mirado, sí, la suerte es que todos días nos pasan cosas a todos. No hay excepciones.
Son cosas distintas y alternativas. Pasan cosas buenas y cosas malas, eso es lo peor. Además, las cosas que pasan suelen ser buenas para unos y malas para otros. Así ha sido siempre. Y así vamos descontando plazos de vida. Nunca nos acostumbraremos. Pero hay que convencerse. No se puede vivir sin tener nada que contar.
Y es lógico que cada cual lo afronte como pueda. Lo que chirría es que nos preocupemos tanto de las cosas que les ocurren a los demás. ¿No tenemos bastante con las que nos pasan a nosotros? ¡Coño! Muchas veces parece que no. Vamos por la vida defendiendo nuestra intimidad y luego nos distraemos metiéndonos en la de los demás.
Es lógico, también, que las cosas que nos pasan no suelan ser originales. Somos miles de millones de personas y a todas nos pasan cosas. Nada que pase a alguien es exclusivo. ¡Qué va! Por lo tanto, ¿qué nos sorprende cuando vemos lo que les pasa a otros cuando resulta que ni es nuevo ni único ni nos importa? No sé, pero a lo mejor si dejásemos que cada cual se enfrente a las cosas que le pasan, afrontaríamos mejor las propias, que no suele ser poco.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios