Borja Terán Periodista
OPINIÓN

De La 2 a La 1: cómo no quemar un éxito en Televisión Española

Jordi Hurtado
Jordi Hurtado
RTVE
Jordi Hurtado

Desde que existe la segunda cadena, siempre ha existido la tentación de probar éxitos de La 2 en La 1 de Televisión Española. Al principio no tanto, pues los dos canales tenían claro su cometido. Pero, a partir de los años ochenta y sobre todo cuando aparecieron los canales privados, si un formato despuntaba en La 2 podía dar el salto a La Primera, especialmente si había alguna franja horaria más débil en competitividad que ese cambio de frecuencia podía mejorar.

Los tiempos han cambiado mucho. Tanto que, ahora mismo, La 2 cuenta con una estructura de programación más atenta a las necesidades de su espectador potencial que La 1. Y eso propicia que, de repente, se intente testar formatos de triunfo de La 2 en La 1. El último ejemplo es Cachitos de hierro y cromo que, paradójicamente, se está reponiendo en el mal llamado access prime time. Mal llamado access prime time porque, en realidad, esa franja horaria ya es el horario de máxima audiencia. Es el momento de mayor consumo del día. Y la primera de TVE opta por reponer las primeras temporadas de un espacio de La 2. La vida al revés.

Para empezar, Cachitos de hierro y cromo, como es lógico, ha evolucionado. Sus primeros programas no se ven tan punteros como los últimos. El zapping de canciones que se actualiza gracias a ingeniosos rótulos que describen lo que se ve y, a la vez, ironizan con lo que nos pasa hoy ha ido aprendiendo en estos años de su propia corrosión. Cada vez, incluso más atrevido. Pero su contexto de vida es La 2.

Todos somos fruto de nuestras circunstancias. Y la tele es un reflejo de cómo somos. Y cuando no lo es, se desconecta de su audiencia."

Es un error fácil pensar que 'Cachitos' va a rendir lo mismo que Viaje al centro de la tele porque la materia prima de ambos espacios es el archivo histórico de TVE. Nada que ver. El primero es un corrosivo formato para un público específico fidelizado en el oasis de la segunda cadena, mientras que el segundo es un programa con voz en off planteado para hablar a toda la familia. De la abuela al niño. Los chistes de Cachitos no son tan transversales. Y no pasa nada, la tele no siempre debe ser transversal. La tele puede tener incluso diferentes capas de entendimiento para los distintos públicos que une su contenido.

El problema es cuando el contenido no es original para La 1. De hecho, el éxito no depende sólo del contenido, también va unido a la ubicación. U obsérvese el caso de Saber y Ganar. El concurso más visto de La 2 se probó en La 1 hace unos años. La hazaña pasó desapercibida. No era su entorno, pues todos somos fruto de nuestras circunstancias. Y la tele es un reflejo de cómo somos. Y cuando no lo es, se desconecta de su audiencia. La 2 es un hábitat específico: la mirada a la cultura con rigor, juventud sin edad y un punto de transgresión inteligente. La 1, un gran canal generalista: la compañía honesta y abierta de mente. Que nadie intercambie sus papeles. O un batiburrillo hará que TVE sea (aún) más invisible.

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