Dos meses con la pandemia encima y seguimos a ciegas. Solo la realización masiva de test revela el nivel real de contagio y de inmunidad.
Según la OCDE, somos el octavo país del mundo en número de pruebas por habitante pero el segundo en mortalidad. De poco sirve mirar atrás si no es para corregir errores de improvisación.
Se han de hacer cuantas encuestas de seroprevalencia se necesiten para tomar decisiones precisas y medir bien la desescalada. Ya es hora de salir de la dinámica de prueba y error.
Comentarios