OPINIÓN

¿El coronavirus me ha hecho facha?

Calles del centro de Madrid, abarrotadas este sábado tras la entrada en vigor del estado de alarma.
Calles del centro de Madrid, abarrotadas tras la entrada en vigor del estado de alarma.
EFE
Calles del centro de Madrid, abarrotadas este sábado tras la entrada en vigor del estado de alarma.

He recibido wasaps de gente que no vive en Madrid de lo más preocupada al ver en la tele cómo estaba aquí el virus. Las imágenes les recordaban al Wuhan de cadáveres por las calles. Las cifras no son alentadoras, pero lo que está por el suelo en Madrid es su imagen. Entre programas sensacionalistas y sanitarios tuitstars que quieren ser más víctimas que sus pacientes, normal que parezca la zona cero. La realidad es que, para la mayoría, Madrid está como siempre solo que con mascarilla. Todo sigue abierto, todo lleno, y ese es el problema. Si esto funciona, será casi de carambola.

Si nos contagiamos es nuestra culpa, que igual no sabemos lavarnos las manos

Ya me he perdido en el traspaso de responsabilidades entre Gobierno y comunidades, no sé a quién le toca qué, pero en Madrid seguimos con un porcentaje ridículo de rastreadores. Son clave para contener la pandemia, igual que las mejoras en la sanidad, y ni unos ni otros ponen el acento ahí. Sí lo hacen en que si nos contagiamos es nuestra culpa, que igual no sabemos lavarnos las manos.

Los Gobiernos de Sánchez y Ayuso envían el mismo mensaje contradictorio que va del "quédate en casa" a "sal de terracitas". Una incoherencia que reflejan sus votantes (algunos ya parecen fans de la ceguera) cuando medidas idénticas les parecen bien o mal si vienen de su lado o del otro. Todo bañado en odio, que aquí o estás conmigo o cito tu tuit para que mi horda de seguidores te humille. Con esta columna me llamarán facha porque creo que la comunidad no lo ha hecho bien, pero el Gobierno no para de meter la pata.

En Madrid siguen muriendo personas (no son números) a diario del virus

Una ministra en un avión en cuanto se cierra la capital; un ministro con tiempo para tuitear populismos contra la corona; un epidemiólogo, al que en un trabajo normal no se le permitiría ni medio fallo, convertido en estrella pop; un vicepresidente muy de izquierdas preocupado porque no le tratan con pleitesía; un presidente que sigue sin hacer autocrítica por su gestión tardía de la pandemia. Y todo mientras en Madrid siguen muriendo personas (no son números) a diario del virus.  

Cuesta entender qué ha pasado con la sanidad en la que nos dejamos una gran parte del sueldo para que sea universal e igual para todos. Resulta que en los barrios bien los centros de salud van sobrados, pero en Vallecas y Carabanchel están colapsados porque a nadie se le ocurrió redistribuir recursos en función de necesidades. La primera ola fue de los mayores, pero la segunda es de lo más desfavorecidos.

Siete meses de virus han sido más que suficientes para demostrar que nuestros políticos no van a saber solucionar esto

Siete meses de virus han sido más que suficientes para demostrar que nuestros políticos no van a saber solucionar esto. Ojalá me equivoque y unos y otros se dejen de una vez de intereses individuales para trabajar en la sanidad, sobre todo en la de los que más la necesitan. Para eso no hay que ser de derechas ni de izquierdas. Vale con tener humanidad.

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